4.29.2013

Consumidores de marihuana pretenden tomarse el Cementerio Católico


Como un acto de irrespeto a la fe Católica califican los bugueños el atrevimiento que se viene cometiendo en el Cementerio central de la Ciudad Señora, por parte de un grupo de desadaptados consumidores de marihuana, quienes se ubican en sitios estratégicos  a consumir esta hierva, sin importar la presencia de personas que asisten a este campo santo para elevar una oración por sus seres queridos, amigos o conocidos fallecidos.
No cabe duda que estas acciones van en contra de las creencias y de un pueblo que se ha levantado con dignidad, respeto y ante la Cruz a la cual se dio el Dador de la vida.
Esta incomoda e irreverente acción se viene registrando desde hace varios días, cuando los deudos notan que en diferentes sitios del Campo Santo, se van instalando los jóvenes que sin pudor alguno, sacan el cigarrillo de marihuana y se dan a la tarea de fumar la hierba como si  nada les importara.
Piden por ello, la presencia  de la Policía con operativos de control y vigilancia al interior del  Cementerio a fin de erradicar este flagelo antes de que sea imposible remediarlo.
En igual manera se recomienda a las personas que allí acuden, informen a la Policía ante la presencia de estas personas para que puedan ser judicializados, ya que  están alterando la tranquilidad de un centro de oración y última morada de seres queridos.
Es así como la Constitución política de Colombia expresa claramente en el capítulo I en referencia al Derecho de Libertad Religiosa:
Artículo 1º.- El Estado garantiza el derecho fundamental a la libertad religiosa y de cultos, reconocido en el artículo 19 de la Constitución Política. Este derecho se interpretará de conformidad con los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por la República.
Artículo 2º.- Ninguna Iglesia o Confesión religiosa es ni será oficial o estatal. Sin embargo, el Estado no es ateo, agnóstico, o indiferente ante los sentimientos religiosos de los colombianos.
El Poder Público protegerá a las personas en sus creencias, así como a las Iglesias y confesiones religiosas y facilitará la participación de éstas y aquellas en la consecución del bien común. De igual manera, mantendrá relaciones armónicas y de común entendimiento con las Iglesias y confesiones religiosas existentes en la sociedad colombiana.
De ahí que se hace ingente la separación de estas y toda clase de acciones que contraríen lo ya enunciado por la Carta Magna para proteger el bien, la tranquilidad y la honra de los colombianos.

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