4.29.2013

Cochambrosos irrespetan la cultura en las afueras de la Carlos H. Morales


Y nada que aprenden algunos inescrupulosos de la importancia en mantener las áreas comunes libres de obstáculos, enredos y de basuras, caso palpable lo que se registra desde hace buen tiempo en la calle 16 con carreras 14 y 15 del barrio El Divino Niño, contiguo a la Biblioteca municipal Carlos H. Morales, donde la incultura ciudadana se ha apoderado  de las buenas normas de urbanidad; de ahí que es común ver a cualquier hora del día, arrumes de basuras a pesar de los operativos de recolección y aseo que constantemente adelanta la empresa Buga Aseo en el sector.
Nadie pondría en duda la necesidad de buscar solución a los problemas de convivencia y ciudadanía. Algunos los atribuirían a causas como la falta de “mano dura”, la escasez de policía, la inoperancia del Estado, la escasa formación cívica en la educación formal, la falta de oportunidades, la pobreza, la marginalidad, el subdesarrollo, o muchos otros factores “estructurales” e independientes de la voluntad de las personas o de su control individual. Si bien muchos comportamientos ciudadanos contrarios a la convivencia pueden tener sus raíces en estos factores, surgen varios interrogantes: ¿Puede el Estado controlar, mediante su poder, la conducta de cada uno de los habitantes de un país o castigar todas las infracciones que se cometan?.
Si pudiera hacerlo, y lo hiciera, ¿sería una democracia? ¿El progreso económico, social y político garantiza por sí solo la supremacía de la ley, la democracia y la convivencia entre las personas? 
¿Es suficiente la escuela para formar buenos ciudadanos? La respuesta es no, y la experiencia de muchos así lo demuestra.
Cabe anotar que este es un centro de aplicación a la educación, la formación y la cultura de niños, jóvenes y adultos, quienes  buscan capacitarse para ser útiles a la sociedad, la misma sociedad que en muchas ocasiones impone sus normas contrarias a las acciones  culturales y de convivencia ciudadana.
En este sitio, se nota la falta de amor por la ciudad, del respeto por los demás y de los principios básicos de cultura ciudadana.
El principio sobre el cual se basa el concepto de cultura ciudadana es la existencia de tres sistemas reguladores de la conducta: la ley, la moral y la cultura. “Es posible hacer una distinción entre tres tipos diferentes de reglas o normas: las jurídicas (las leyes), las morales (o de la conciencia) y las culturales (las que comparte una comunidad informalmente). En esencia, los actos de un individuo pueden estar regulados ya sea por el respeto a la ley o el temor a las consecuencias de infringirla, las convicciones personales sobre lobueno y lo malo (moral), o la costumbre sancionada socialmente (cultura).

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