Es el caso de la falta de vías de comunicación, pues la única que existe se encuentra atravesada por la quebrada Chambimbal, la cual en temporada invernal es intransitable, manifiestan los afectados campesinos que este afluente hídrico aumenta el caudal de agua de manera repentina, dejando incomunicados los moradores, por ello elevan un vehemente llamado al gobierno departamental para que direccione recursos económicos y permita la construcción de un puente peatonal elevado para que al menos, las personas puedan llegar a sus sitios de origen.
La fuente de sustento de estas familias la obtienen del cultivo de peces, alimentos de pan coger, la poca siembra de plátano, yuca, banano, maíz, los que llevan a las despensas de la Ciudad Señora cuando se puede y el factor climático lo permite.
Otro de los inconvenientes que tienen es el pésimo estado de la única vía por el sector de la Universidad Antonio Nariño, la que en invierno es intransitable, unido a ello no cuentan con sistema de transporte ya que ninguna empresa del ramo presta el servicio, agravando más la difícil situación de comunicación.
Los estudiantes se ven afectados al no poder acudir a las clases por la problemática del paso a la altura de la acequia Chambimbal, la que detiene todo el proceso académico inclusive de los profesores quienes se han quedado esperando al otro lado del afluente a la espera de que baje el caudal de agua.
La señal telefónica es pésima, no cuentan con puesto de salud donde encontrar al menos un analgésico, los programas de asistencia alimenticia de la gobernación nunca han llegado a este sector rural de Buga, a más de las promesas que en su momento hiciera el mandatario departamental, quien parece haber olvidado estas comunidades.
Esta situación fue dada a conocer a al equipo periodístico del Semanario El Periódico y del Canal Señal Buga Televisión, quienes acompañaron estas comunidades en vísperas de la Navidad, donde también se hizo presente el funcionario Julián Latorre, quien pudo constatar la magnitud de la problemática que día a día padecen estas comunidades abandonadas a su suerte por el Estado colombiano.
En gran porcentaje la población es de niños y menores de edad, mujeres y adultos mayores, no cuentan con las ayudas de los programas del gobierno departamental ni nacional, los únicos apoyos recibidos los obtienen del municipio, que llega a mitigar la difícil situación.