2.01.2016

Por fenómeno climático, Pueblo Nuevo tiene sed

Redacción Buga
El Periódico
Pueblo Nuevo se encuentra a 15 minutos del centro poblado de Guadalajara de Buga, entre Chambimbal y Presidente zona limítrofe con el municipio de San Pedro–Valle, con una población de 1.200 habitantes, el 80% población relativamente joven pues los antecesores abuelos han ido muriendo, del gran total poblacional cerca de 100 son niños menores de 5 años. Este caserío se conformó por el año 1928 denominándosele “Pueblo de lata”, o “Rincón Bellaco”, por las dificultades geográficas para acceder a él, pues el transporte vehicular no llegaba al caserío, sólo a través de bestias lo hacían; no contaban inicialmente con luz eléctrica, se iluminaban con velas; el agua la obtenían de la quebrada Arenales que en su momento era muy caudalosa.
Sin puestos de salud, ni aulas escolares, cabe anotar que este caserío fue permeado durante algún tiempo por grupos al margen de la ley, quienes estacionaron allí durante buen tiempo, sembrando el terror entre los moradores.
Por el año de 1971 se conformó la primera Junta de acción Comunal, logrando establecer la institucionalidad, y abriéndose paso de entre la infortuna de un oscuro pasado, a partir del momento inició el proceso social con Pueblo Nuevo.
Pero aun así, con los adelantos tecnológicos, con sistema vehicular, con la expansión de la energía eléctrica, hoy padecen por falta de agua potable, pues del caudal que en otrora arrastró la quebrada Arenales, sólo queda un camino que ni siquiera deja las huellas de lo que fue la quebrada.
Hoy ante las fuertes arremetidas del fenómeno climático, el caserío padece de sed, allí el acueducto  rural obtiene el agua de la quebrada Bambuco que baja de La Primavera para surtir el acueducto, pero existe un factor de riesgo más preocupante que el fenómeno climático, y es la captación del agua en el sector de Cerro Rico, donde los monocultivos se apoderan del preciado líquido sin considerar que en la parte baja los habitantes deben padecer la problemática.
De acuerdo a lo consultado por  el equipo investigativo del Periódico, un vehículo  les provee de agua una vez por semana, con lo que  ellos deben realizar la preparación de alimentos y rebuscarse el agua para el aseo personal, lavado de ropa y para el riego de las plantas ornamentales que tienen en sus casas.

Y como si fuera poco, la depredación del hombre ha conllevado a que la Quebrada Arenales que en otrora surtió de abundante agua a su paso por este caserío, hoy es cosa del pasado y ni siquiera huella de lo que fue el caño, existe en la actualidad, es como si nunca por allí hubiese  pasado agua natural de la quebrada.

Esos coletazos por los errores de colonos, saqueadores de los recursos naturales no renovables, la deforestación, las quemas indiscriminadas, las talas de bosques con fines comerciales de la madera, para la extracción de carbón natural o para adecuar las tierras en los cultivos de frutales, para el pastoreo, entre otras, han generado al paso de los años esta situación, que hoy cobra por ventanilla el ecosistema.

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