Redacción Buga
El Periódico
El desbordamiento de la acequia que cruza la doble calzada en sentido Oriente Occidente a la altura del puente de lechugas, colapso su cauce el día del alumbrado, el fuerte aguacero registrado en Buga el 7 de Diciembre, genero una situación de riesgo en el costado Norte de la ciudad.
Hacia las 6:00 de la tarde del martes anterior, la acequia se desbordó arrojando a la vía pública piedras, palos, chamizos y barro, quedando esparcido sobre la doble calzada y el lodo inundo los establecimientos comerciales al igual que la estación de servicios en lechuga, ocasionando un caos total, a demás de las perdidas que deja este fenómeno invernal.
Narraron las personas que a esa hora se encontraban en los sitios de trabajo, que el agua corría por los carriles de la doble calzada en sentido Sur – Norte generando trancotes en el sistema vial.
El almacén donde se expenden aceites automotores que se encuentra frente a la estación de servicios de Lechuga quedo enlodado y como si fuera poco el servicio de energía quedo suspendido a raíz del fuerte ventarrón que ocasionó el vendaval, contribuyendo al pánico que a esa hora se presentaba.
En el caso del restaurante contiguo al almacén de aceites automotores, las sillas y mesas llegaron casi a la doble calzada arrastradas por el agua.
El desbordamiento de la acequia hizo que el agua corriera hacia la parte baja de la doble calzada, llegando hasta las factorías del sector, incluso en la avícola Guadalajara se indicó que muchas aves de corral se ahogaron por que el nivel del agua llego hasta las jaulas donde se encontraban.
En igual manera la factoría Solla, se vio afectada por el agua que ingreso a los salones de las oficinas y hasta la planta, los caños contiguos a esta empresa, se colmataron contribuyendo con la difícil situación de emergencia.
Al día siguiente se hizo necesario adelantar las labores de limpieza de lo que dejo la fuerte inundación del día de las velitas en Buga.
Hasta el sitio se hizo presente el alcalde de Buga doctor Freddy Libreros con el coordinador del Clopad quienes presenciaron la furia del agua y los destrozos que dejaba a su paso.
Los cercos de alambre que se encontraban cubriendo los predios, cultivos y sectores de la ganadería, quedaron en el piso, ya que los soportes de madera que sostenían el cerco fueron derribados.
A lo largo de la carretera Buga – Tulúa se ubicaron cuadrillas de operarios haciendo labores de limpieza y recogiendo el lodo que dejo esta arremetida del agua el día martes 7 de diciembre, los operarios contribuyeron manualmente con las labores a fin de dejar en buen estado y libre del material de río que allego el agua a su paso por esta doble calzada.
Aun al día siguiente al ataque del invierno en la doble calzada Buga – Tulúa, se podía apreciar la magnitud del desastre ocasionado, los propietarios de los establecimientos comerciales, factorías y la avícola que resultaron afectadas por este desbordamiento de la acequia, calculan los daños y las perdidas.
Según se pudo establecer, el afluente hídrico se represo a su paso por el ducto muy reducido a la altura de Lechugas o vuelta del cheque en Buga, generando lo antes mencionado, los propietarios de los establecimientos comerciales ubicados en el sector manifestaron que falto ingeniería al momento de construir la malla vial en este sitio, y que el canal cerrado que conduce la acequia debió ser más amplio para que el agua pueda hacer su transito sin que se represe de esta forma tal como sucedió el martes 7 de diciembre hacia las 6:00 de la tarde.
El Periódico
El desbordamiento de la acequia que cruza la doble calzada en sentido Oriente Occidente a la altura del puente de lechugas, colapso su cauce el día del alumbrado, el fuerte aguacero registrado en Buga el 7 de Diciembre, genero una situación de riesgo en el costado Norte de la ciudad.
Hacia las 6:00 de la tarde del martes anterior, la acequia se desbordó arrojando a la vía pública piedras, palos, chamizos y barro, quedando esparcido sobre la doble calzada y el lodo inundo los establecimientos comerciales al igual que la estación de servicios en lechuga, ocasionando un caos total, a demás de las perdidas que deja este fenómeno invernal.
Narraron las personas que a esa hora se encontraban en los sitios de trabajo, que el agua corría por los carriles de la doble calzada en sentido Sur – Norte generando trancotes en el sistema vial.
El almacén donde se expenden aceites automotores que se encuentra frente a la estación de servicios de Lechuga quedo enlodado y como si fuera poco el servicio de energía quedo suspendido a raíz del fuerte ventarrón que ocasionó el vendaval, contribuyendo al pánico que a esa hora se presentaba.
En el caso del restaurante contiguo al almacén de aceites automotores, las sillas y mesas llegaron casi a la doble calzada arrastradas por el agua.
El desbordamiento de la acequia hizo que el agua corriera hacia la parte baja de la doble calzada, llegando hasta las factorías del sector, incluso en la avícola Guadalajara se indicó que muchas aves de corral se ahogaron por que el nivel del agua llego hasta las jaulas donde se encontraban.
En igual manera la factoría Solla, se vio afectada por el agua que ingreso a los salones de las oficinas y hasta la planta, los caños contiguos a esta empresa, se colmataron contribuyendo con la difícil situación de emergencia.
Al día siguiente se hizo necesario adelantar las labores de limpieza de lo que dejo la fuerte inundación del día de las velitas en Buga.
Hasta el sitio se hizo presente el alcalde de Buga doctor Freddy Libreros con el coordinador del Clopad quienes presenciaron la furia del agua y los destrozos que dejaba a su paso.
Los cercos de alambre que se encontraban cubriendo los predios, cultivos y sectores de la ganadería, quedaron en el piso, ya que los soportes de madera que sostenían el cerco fueron derribados.
A lo largo de la carretera Buga – Tulúa se ubicaron cuadrillas de operarios haciendo labores de limpieza y recogiendo el lodo que dejo esta arremetida del agua el día martes 7 de diciembre, los operarios contribuyeron manualmente con las labores a fin de dejar en buen estado y libre del material de río que allego el agua a su paso por esta doble calzada.
Aun al día siguiente al ataque del invierno en la doble calzada Buga – Tulúa, se podía apreciar la magnitud del desastre ocasionado, los propietarios de los establecimientos comerciales, factorías y la avícola que resultaron afectadas por este desbordamiento de la acequia, calculan los daños y las perdidas.
Según se pudo establecer, el afluente hídrico se represo a su paso por el ducto muy reducido a la altura de Lechugas o vuelta del cheque en Buga, generando lo antes mencionado, los propietarios de los establecimientos comerciales ubicados en el sector manifestaron que falto ingeniería al momento de construir la malla vial en este sitio, y que el canal cerrado que conduce la acequia debió ser más amplio para que el agua pueda hacer su transito sin que se represe de esta forma tal como sucedió el martes 7 de diciembre hacia las 6:00 de la tarde.