9.23.2013

Descontento en el barrio Caracolí por inseguridad

Redacción Buga
El Periódico

Una serie de denuncias han sido elevadas por los moradores de la Urbanización Caracolí, al nor- occidente de Buga.
Indican que  a raíz de la erradicación de la llamada “Cueva del humo” en “la Gloria”,  desde expendedores, consumidores y reducidores se han tomado el único sitio con que contaban para  el descanso luego de cumplir con las actividades laborales, estudiantiles y de casa, como era el parque del sector que da con la acequia La Honda.
El constante carreteo de personas desde las 6:00 de la tarde, ha generado una reacción negativa y de desconfianza entre la comunidad ya que son personas ajenas al barrio y que llegan en un estado deplorable a consumir desde marihuana y toda clase de alucinógenos, que a más de contaminar el medio ambiente ahuyentan la población infantil y juvenil en momentos donde solían recrearse sana y libremente.
Pero el problema va más allá del consumo de estas sustancias, de hecho llegan quienes al terminar su acción con la droga y sin contar con dinero para la próxima recarga, hacen hasta lo indebido para obtener el producto y es allí donde los habitantes son sometidos a los robos, el ultraje, el manoteo y hasta de metérseles a las viviendas en busca de objetos y elementos de valor para hurtarlos y de esta manera adquirir el agobiante vicio.
Y qué decir de la soledad del entorno ante la ausencia de la Policía, a quienes se les llama para que al menos realicen operativos de control y vigilancia y jamás aparecen, como manifiestan los quejosos moradores.
De la que en un buen momento fue la “Rotonda” donde se congregaban los moradores  a esconderse del sofocante calor y de la lluvia, sólo queda el armazón, porque hasta el techo se encuentra agobiado y sin ánimo de seguir beneficiando su gente; unido a ello, se encuentra la Acequia por donde se escurren estas personas al percatarse de la presencia de personas que tratan de ahuyentarlos.
Y qué decir de las luminarias instaladas, algunas quedan bajo las ramas de los frondosos árboles y todo el día permanecen encendidas las bombillas contribuyendo al calentamiento atmosférico.
De las barandas en los laterales de la Acequia, no queda ni la sombra, pues tal parece,  fueron arrancadas desde las bases para comercializarlas en el mercado negro, poniendo en riesgo a quienes transitan a pie por los andenes y que pueden caer al lecho del afluente hídrico.
Más allá de todas estas adversas situaciones, conveniente sería que el gobierno nacional fijara sus miradas en brindar calidad de vida a los vecinos del enorme emporio de falsedad que han construido enseguida a la Urbanización Caracolí, lo cual únicamente beneficia a personas que sin ser bugueños saborean lo que muchas familia ansían desde hace muchos años sin contar con esa posibilidad. Se requiere de una inversión en mejorar el espacio exterior por donde también transitaran quienes habitaran estos apartamentos, y no dejar en manos del gobierno local toda esa carga que el Estado colombiano ha generado.



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