5.12.2014

El terremoto que estremeció a la Buga antigua

El terremoto de Buga es uno de los eventos mejor documentados de la época Colonial en la Nueva Granada. Sobre la base de informaciones recogidas por autores anteriores, y de datos nuevos provenientes de los archivos históricos de Santa Fe de Bogotá y del Suroccidente de Colombia, es posible hacer un balance de daños en las localidades afectadas: Buga, Cali, Popayán, Palmira e Ibagué. Los efectos fueron importantes en Buga y sus cercanías, área donde se sitúa la zona epicentral, y alcanzaron cierta consideración en ciudades más alejadas como Popayán e Ibagué.  Uno de los sismos más conocidos de la época Colonial en el Virreinato de la Nueva Granada, es el llamado terremoto de Buga, ocurrido el 9 de julio de 1766 a las cuatro de la tarde. Aunque durante la Colonia y en el siglo XIX hubo terremotos mucho más devastadores (1785, 1827 por ejemplo), el de Buga quedó muy grabado en la memoria del pueblo neogranadino.
La hidalga ciudad para aquella época no pasaba de 30 manzanas habitadas, que comprendían lo que es hoy en día la calle 3 hasta la calle 9 y de la carrera 12 hasta la carrera 17, la parte urbana era poco habitada y junto con la parte rural el censo para la época era de 12.707 habitantes en una extensión que iba desde los límites de los municipios de Caloto en el Cauca, Cali, Cartago e Ibagué.
Un viaje a Popayán duraba ocho días por difíciles caminos de herradura, en aquellos tiempos se vivía en casonas en el campo y sólo se accedía a la ciudad en eventos especiales o la visita a la iglesia en los días dominicales; la mayoría de las casas permanecían cerradas y solitarias, las calles eran desiertas y enmalezadas, y poca actividad se veía en la plaza central.
Las construcciones de las ciudades de 1766 eran bien diferentes de lo que hoy llamamos arquitectura colonial. Antes de 1730 no hubo casas con techo de teja de barro, con excepción de la esquina noroccidental del parque donde se levantaba la casa de don Luis Velásquez, al lado del cabildo y la iglesia. El techo de paja predominaba en el momento del sismo, y lo mismo debía ocurrir en Cali y en Popayán. En localidades menores, el techo pajizo debió ser la única modalidad. En las construcciones importantes la tapia pisada de gran espesor (entre 50 centímetros y 1 metro) era la regla, mientras que el bahareque se usaba comúnmente en buena parte de las casas de habitación. El uso del adobe sólo se impone y se generaliza al terminar el siglo XVIII.  En 1766 Buga sólo contaba con cuatro templos, la iglesia Matriz de San Pedro, hoy Catedral; el convento de Santo Domingo (calle 6 con carrera 13); la Iglesia de San Francisco (calle 5, carrera 14); y la Ermita donde se encontraba el Cristo Milagroso, hallado 100 años atrás en las aguas del rio Guadalajara, el cual corría por lo que hoy es la calle 3, y había sido desviado donde es el cauce actual. El único edificio era el del cabildo cuyo piso inferior servía de cárcel; el gobernador de Popayán era Ignacio de Ortega, de donde dependía Buga.
A esa esas horas de la tarde comenzó a rugir la tierra, y una fuerte sacudida en cuestión de segundos hizo pensar a los lugareños que un castigo divino había enviado un mensaje desgarrador, las iglesias se vinieron abajo, la casa de Don Luis Velásquez y Doña María Rengifo, ubicada en plaza principal cuadra de la catedral, quedaron en ruinas, no quedó casa en pie, sólo había destrucción, las paredes de tapia, adobe y los pocos balcones existentes los había arruinado el terremoto. Las réplicas se repetían cada hora y se presentaron más de 120 hasta el 23 del mismo mes; los vecinos poseídos por el terror abandonaron sus casas, el colegio de la compañía de Jesús de Buga, donde funcionó la Institución Educativa y Universidad Académico, actualmente Universidad del Valle, quedó inservible; en sus memorias el Rector Padre Javier Azzoni dijo: “apenas hubo familia alguna hasta fines de dicho mes que pudiera lograr habitación de propia casa, se acomodaron en casitas de paja, cocinas viejas y ranchos de ramas con mil incomodidades”.
No sólo Buga fue presa del terremoto, en Cali e Ibagué también sufrieron los rigores del movimiento telúrico, igualmente la hacienda Llano Grande (hoy Palmira), la cual hacía parte de Buga.
El Terremoto de Buga de 1766 fue ubicado a 20 kilómetros de profundidad en la parte suroccidental entre los límites de lo que hoy es Brisas del Valle y Guacarí, aproximadamente en la latitud 3.7 N y Longitud 76.3 w, con una intensidad de 8 grados en la escala de Mercali muy por encima del terremoto de 1925 de Cali y 1983 de Popayán.
El terremoto de Buga es el único sismo histórico importante entre los conocidos hasta ahora con epicentro en el Valle del Cauca, por esta razón su estudio es importante para el conocimiento de amenazas sísmico regionales y más aún cuando estos fenómenos tienden a repetirse en el tiempo cada 130, 200 o 250 años o tal vez nunca vuelven a suceder en el mismo sitio, ya que muchas veces las capas tectónicas ya se han acomodado.



GEWEB