2.14.2011

Se abre debate con teoría sólida sobre el nacimiento del espacio

Redacción Buga
El Periódico

Interesado en aclarar una teoría que por más de 50 años ha transcurrido de manera errada entre científicos, profesores, estudiantes y público en general, el director de la Fundación Casa de la Ciencia, Especialista Oscar Amaya Montoya, aclaró al Periódico que existe una teoría sólida sobre el nacimiento del espacio, pero es muy distinta a la contada tradicionalmente al público conocida como el Big Bang. Todo esto basado en la información que suministrara el científico Sueco Bengt Gustafsson, quien participó en el Foro Comunicación de la Ciencia: Responsabilidades de la Comunidad Científica y los Medios, organizado por la Universidad Nacional. Explicó el sueco que no es uno, sino varios universos, y nacieron en todas partes. La imagen que muchos tienen, reforzada por programas de televisión y periódicos, es la de un punto inicial de partida, “un fríjol único” que explotó violentamente y de un momento a otro arrojó galaxias, estrellas y toda la materia que conocemos. Según el carismático Gustafsson, no fue de un único “fríjol”, sino de varios, de donde arrancó la historia del espacio infinito. Cada fríjol del que habla fue un átomo inicial que espontáneamente comenzó a expandirse, de forma calmada pero constante, fenómeno que aún continúa.
Las galaxias que observamos desde la Tierra y todo lo que no vemos, pero que se sabe está allá, se desarrolló a partir de ese fríjol primigenio, es a eso a lo que llamamos nuestro Universo. Pero hay otros “fríjoles” (universos) más allá de las fronteras del nuestro, que aún están fuera del alcance de la visión humana, pero también dominan el espacio. “Ese ‘fríjol’ no era el punto central. Hay muchos otros fríjoles, en todas direcciones, que contienen otros mundos más allá del horizonte. Hay un número infinito de fríjoles. Esta idea es muy diferente a la de un espacio confinado y una explosión que expandió todo”, explica el sueco, miembro del Consejo Internacional para la Ciencia. A este profesor de la Universidad de Upsala (Suecia) le gustan las analogías, porque sabe que es así como la gente puede formarse imágenes sobre realidades imperceptibles en la cotidianidad.
Sin embargo, asegura, “hay que ser cuidadoso con los ejemplos que se dan, porque se pueden tergiversar los hechos científicos”. Cuando habla del cosmos, dice: “Nuestro Universo es como un panetón lleno de uvas pasas; una masa que a medida que se hornea se expande y las uvas se separan unas de otras, poco a poco. El espacio transparente que vemos en el Universo es la masa, y las galaxias, las uvas pasas”. Explica que en los extremos o bordes de ese gigantesco ‘panetón’, que es nuestro universo, las galaxias se separan más rápidamente de lo que lo hacen en los sectores más cercanos a nuestra visión. “Si nos sentamos en una de las ‘uvas’ y miramos a las otras a nuestro alrededor, veremos cómo se alejan a medida que el pastel se hornea, porque el espacio está en constante expansión. Y entre más lejos estén las uvas, el pastel se expande de forma más rápida”. El profesor Gustafsson recuerda que en la década de 1920, el científico y sacerdote jesuita belga Georges Lemaître, fue el primero en promulgar la teoría del átomo primigenio y su expansión, más adelante conocida “erróneamente” como teoría del Big Bang. Un hecho curioso, que precedió a ese interés, fue la expresión que utilizó el científico inglés Fred Hoyle en una entrevista concedida a la BBC de Londres en 1949: Big Bang, para mofarse de la teoría del belga Lemaître sobre un universo que nació de un átomo inicial, que se expande constantemente.
En esa misma entrevista con la BBC estaba otro famoso científico de la época, el ucraniano George Gamow, quien sí estaba de acuerdo con la teoría del belga. Al escuchar la expresión ‘Big Bang’, Gamow retomó el concepto al parecerle atractivo y fácil de explicar a la gente. Adoptó el nombre para la teoría del nacimiento del Universo y le funcionó, pero periodistas y aficionados a la astronomía lo asimilaron de una forma distinta al concepto real científico. “Es curioso que el actual significado sea contemporáneo a la creación de la bomba atómica cuando la amenaza era prevalente; esa idea alcanzó al público y se hizo popular. El nacimiento del Universo es la teoría más importante de nuestra cosmología, es un fenómeno grandioso y hermoso. La expansión se da de forma suave y balanceada, no como una explosión violenta; sin embargo, la idea popular es que es igual a una de nuestras armas (la bomba nuclear)”.
Oscar Amaya manifestó a este medio informativo que medio siglo prevaleció la idea de un inicio violento y la existencia de un universo único. La pregunta es: ¿Por qué los científicos no aclararon la situación? La respuesta la dio Gustafsson, quien manifiesta que el asunto es que para sobrevivir como científico se tiene que ser apasionado, pero en ocasiones ese entusiasmo solo se dirige a la ciencia, no a comunicarla.

GEWEB