11.17.2015

Fenómeno del “Niño” vs. Tala de bosques en zona montañosa

Redacción Buga
El Periódico

Con gran preocupación se ha venido observando desde el año 2011, la indiscriminada deforestación de las reservas naturales en la región oriental alta y media de Guadalajara de Buga, por parte de colonos y cultivadores quienes solo buscan el beneficio personal.

Es el caso de la reserva natural “Campo Hermoso”, donde se puede observar  el incremento de la tala indiscriminada de varias hectáreas de bosque protector sub-andino (hectáreas de Urapanes), cedro y maderas finas, árboles de muchos años, justo en la zona misma del cruce de las quebradas Los Alpes y La Sonadora, lugar donde por convención nace nuestro único río tutelar.

En el sector que resulta ser muy frágil al constante paso humano y de bestias, se puede observar aceite quemado, aserrín y rastros del desplazamiento de caballos y cargas pesadas, factor que entra en fatal combinación con la fragilidad del terreno y la lluvia torrencial propia del lugar, para destrozar el sendero, desestabilizar los taludes y precipitar irreversibles fenómenos erosivos; en inmediaciones del sector de la piscina se evidencia la tala de numerosas toneladas de madera recién cortada, arrumadas y listas para ser transportadas. 
Este delito cometido en un área de reserva forestal propiedad de los bugueños y administrada por Aguas de Buga, se convierte en atentado contra el derecho al agua, declarado como fundamental y universal de los pueblos por la reciente asamblea general de la ONU; atenta igualmente contra la supervivencia de toda una comunidad urbana de Guadalajara de Buga, le niega sus expectativas de vida y asesina toda la biodiversidad del entorno.

Se suma la presencia de maquinaria pesada tipo retroexcavadoras y cucharas para mover materias de los lechos de quebradas y del rio en busca de oro, usando para ello compuestos químicos como Cianuro y Mercurio. Custodiados por personas que integran grupos con armas de largo y corto alcance vistiendo de civil, lo que deja ver que no son del ejército colombiano, como tampoco de cuerpos de seguridad del Estado.
Actualmente tenemos un río agonizante, en donde las autoridades que tienen que ver con el manejo de la cuenca, no ejecutan acción alguna que conlleve a la protección del ecosistema, las fuentes de agua, los bosques, aislamiento de nacimientos, cuidado de pequeños riachuelos, control de material de arrastre como arena y piedra, material vegetal como árboles, líquenes, y musgos, hasta vertimientos de aguas servidas, tales como escombros y basuras, que deterioran la calidad del agua, teniendo en cuenta que entre más contaminada mayor costo tiene el tratamiento de ésta para el consumo humano.

Resulta inentendible que ante las consecuencias graves que se vienen registrando a nivel del planeta con el desorden climático, donde Buga no está lejos de las consecuencias, las autoridades ambientales y protectoras del medio ambiente no ejerzan control sobre la tala y quema de árboles en la cuenca del río. 

Tala de árboles cerca a La Piscina, tala de árboles en El Diluvio, tala de árboles dentro de la cuenca de la quebrada La María; vertimientos de aguas servidas por explotación avícola y porcícola en La María, Crucebar y Guadualejo, en igual forma aguas servidas en el caserío cerca de la planta de tratamiento de agua La Cristalina.
El rio Guadalajara se forma por la unión de las quebradas Sonadora y Alpes a 2850 metros sobre el nivel del mar y con una longitud de 32 kilómetros.

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