5.05.2014

Miguel Escobar, una insignia del verdadero futbol colombiano

Redacción Especial:
Alberto Marino Castillo Patiño
El Periódico

El rincón de los recuerdos nos traslada a épocas que quisiéramos vivir permanentemente, pero por circunstancias de la vida y el destino también suelen producir alegrías y tristezas.
Es increíble que el mejor defensa central del fútbol colombiano, Miguel Escobar Montalvo, esté atravesando una situación lamentable que ni siquiera ha despertado la solidaridad de aquellos que lo tuvieron como profesional del fútbol y aún al servicio de la Selección Colombia.

¿Acaso se olvidaron tan rápido del legado del «Gordo» Miguel?.
Toda una insignia que lamentablemente hoy no pasa por su mejor momento, y hace un tiempo  por voluntad de Miguel, entablamos diálogo para intercambiar ideas, para hablar con el amigo y conocer una serie de anécdotas.


Escobar se dio a conocer en el mundo del fútbol vistiendo la divisa del Deportivo Pereira, posteriormente como regalo de Dios llegó al Deportivo Cali, el club de sus amores. Fue capitán durante 13 años y compartió el brazalete con su amigo y hermano Oscar López, y de Henry “La Mosca” Caicedo. El “Gordo” siempre fue baluarte en la consecución de seis títulos, seis subcampeonatos y un subtítulo en Copa Libertadores de América en 1998 con Carlos Salvador Bilardo, director técnico argentino.

Con la divisa verdiblanca, Miguel jugó 536 partidos y anotó 8 goles. Tiene marca registrada en los quites deslizantes, sin cometer faltas para salir jugando con la cabeza levantada, tranquilo y sereno.
Todo un gladiador, vestido con sus mejores galas. La calidad de Escobar lo llevó a vestir el uniforme de la Selección Colombia en 20 oportunidades. Integró el famoso tricolor de la Copa América en 1975 que perdió el título con Perú en un partido de desempate en Venezuela.

Al capitán en infortunio le ha tocado soportar diversas sorpresas: le dio cáncer en la garganta, le tuvieron que sacar las cuerdas vocales y habla gracias a un laringófono que le regalaron los periodistas Javier Hernández Bonnet y Jorge Eliécer Campuzano.

A sus 70 años de edad, ya se siente agotado y cansado, se reúne con sus amigos, juega algunos picaditos de fútbol, el público lo reconoce con cariño.

El “Taxi”, su mejor compañero, su cacharrito ya le sacó la maleta, trabaja doce horas diarias y sólo le queda un producido de $30.000 pesitos, quiere cambiar de actividad, montar un negocio ya sea una academia de fútbol o un sitio de comidas rápidas.
El último equipo como jugador activo fue el Independiente Santa Fe y lo que más recuerda en su paso como futbolista profesional cuando enfrentó al Nápoles de Italia, jugaba con el Cali y anuló a la figura Omar “El Cabezón” Sivori que era muy habilidoso y un mago con la pelota.

Tampoco puede olvidar a Víctor Campaz que era veloz, ágil, astuto y goleador colombiano como pocos. Su mejor amigo: Oscar “El Moño” Muñoz.
En la actualidad Miguel está pendiente, con la ayuda de Dios, de lograr su pensión, está en los trámites aunque se ha dificultado. Espera que todo se resuelva a su favor, es lo más justo para un hombre que fue grande, genio y figura del fútbol colombiano.

El capitán “Gordo” Miguel Escobar, líbero, recordado por sus “quites deslizantes” parecidos a los de Mario Alberto Yepes, fue probablemente el defensor más destacado en la historia del Deportivo Cali, habitual convocado a la selección, era incomparable por su condición técnica. “El gordo”, como era conocido popularmente, jugó 536 partidos y anotó 8 goles. Padeció un grave cáncer de garganta que obligó a que le retiraran sus cuerdas vocales, desde su posición de zaguero central, cuando en el equipo de la capital del Valle sí se sabía qué era contar con un defensa de categoría, de jerarquía continental.

Con la casaquilla del Cali jugó un total de 51 partidos de la Copa Libertadores de América. Con esta cantidad de partidos se consolidó, desde tiempo atrás, como el futbolista que más partidos jugó en toda la historia de la institución.
Este excepcional jugador criollo, nació el 15 de abril de 1945 en la ciudad de Buga, hijo de Miguel Escobar y Ana Beiba Montalvo.

Con el objeto de brindar un merecido y cálido respaldo humano a Miguel Escobar Montalvo, el entonces mandatario de los bugueños John Harold Suárez convocó en el estadio “Hernando Azcarate Martínez” de su tierra natal, un partido de futbol de carácter amistoso el día 26 de octubre del año 2011 entre Deportivo Cali y Corporación Deportiva Tuluá –Cortuluá, para quien tanto y tanto aportó al fútbol profesional del país.

Oriundo del barrio Santa Bárbara, nacido en un hogar de sanas costumbres, lleno de amor y afecto de familia.

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