6.13.2016

Campesinos reclaman justo trato para el proceso de paz

Las comunidades rurales y campesinas de Guadalajara de Buga, han venido haciendo una serie de pronunciamientos enfocados en la disposición para construir a la paz; en este sentido manifiestan que se hace necesario ponerle voluntad a esto, indicó Fabián Cuadros, Presidente de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca en Buga.

“Nosotros como campesinos se la estamos poniendo, organizándonos y generando espacios de debate, de construcción de paz”, agregó el líder social, quien hizo un llamado para que esa voluntad también sea visible desde el gobierno nacional.
Según Reinel Sánchez Valencia, Secretario de la Red de Organizaciones Campesinas de Colombia, el problema de la tenencia de tierras en el departamento es muy grave. Las mesas que han creado son excluyentes, razón por la cual el problema va a continuar.

“Hay lugares, como haciendas y fincas, donde no es claro quién tiene la posesión de las tierras. Unos reclaman derechos ancestrales, mientras los otros derechos por posesión.

El gobierno central debe mostrar hechos de paz, de ahí que en este momento hayan bloqueos en 17 departamentos del país, de campesinos e indígenas, y eso no es porque sí, sino porque el gobierno ha incumplido reiteradamente y ha sacado unas leyes contrarias a la paz y contrarias a nosotros como pobladores del sector rural”, añadió Fabian Cuadros, al referirse a que es necesario que también la institucionalidad, el gobierno y la insurgencia le apuesten a la paz, y nos sumemos todos a este proceso que nos saque de esta horrible noche que aún no ha cesado y construyamos un país para nuestros niños y jóvenes con mejores condiciones de vida.
Uno de los argumentos que se manejan a favor de la imposición de los agrocombustibles, es el supuesto beneficio que podrían suponer en los países del sur, a nivel del campesinado, pequeños productores y para reactivar el campo. Nada más lejos de la realidad, pues por medio del desplazamiento silencioso, casi siempre forzoso, y muchas veces incluso con violencia, el campo está quedando despoblado de personas y ocupado por extensos monocultivos que no requieren prácticamente de casi ningún trabajador.

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