11.09.2015

La angustia y sufrimiento embargan la familia Piedrahita Lozano

Redacción Buga
El Periódico

La vida de Jhon Jair Piedrahita, cambió drásticamente desde el pasado 25 de octubre de 2015, cuando ejerciendo su derecho al voto en el puesto de votación de la sede principal de la Institución San Vicente de Paul, de la carrera 15 con calle 7ª , centro de Buga, fue detenido por agentes de inteligencia de la Policía Valle.
Ese domingo hacia las 2:00 de la tarde, se enteró que con su nombre existía una circular roja de la Interpol, expedida por un juez de Argentina que lo solicitaba al relacionarlo con una red de tráfico de estupefacientes que trató de enviar 40 kilos de cocaína en un cargamento de arroz que le pertenecía a la ONU, y tenía como destino Guinea Bissau, África.
El cargamento avaluado en un millón de dólares fue incautado en la localidad de Rosario, Argentina, el pasado mes de septiembre del año en mención.
Según la estructura, Jhon Jair Piedrahita no sólo se dedicaría a coordinar los envíos de la droga desde Argentina, sino que también realizaba a través de empresas fachadas el lavado del dinero recogido por la venta de la droga.
Según datos de la Policía Argentina y por información publicada en el diario El Clarín, Jhon Jair habría regresado a Colombia días atrás luego de que la banda fuera desarticulada con la captura de trece de sus integrantes.
Luego, las autoridades dieron a conocer la circular de la Interpol, donde aparece efectivamente el nombre John Jair Piedrahita, pero al parecer la fotografía no coincide exactamente con la persona capturada.
Físicamente el hombre en la foto de la Interpol es más robusto y, asegura la familia y sus conocidos, en nada se parece con el mototaxista Jhon Jair Piedrahita, de 47 años de edad.
El proceso judicial contra este hombre sigue su curso y el miércoles fue enviado hacia la sede de la Interpol en Bogotá, donde permanecerá detenido hasta que sus abogados aporten las pruebas para comprobar que no es un narcotraficante.
El cuerpo de abogados que llevan el caso de Jhon Jair Piedrahita, asegura que hasta el momento las autoridades en Colombia no han presentado la documentación para verificar que efectivamente el detenido es la persona solicitada por Argentina.
“Nosotros aún estamos investigando quién es la persona a la que buscan, aunque no hemos tenido comunicación con las autoridades de Argentina, a través de internet hemos visto la imagen de un hombre que no es la persona detenida el 25 de octubre en Buga. Tampoco conocemos el expediente judicial", añaden los abogados en Buga.
Los defensores del acusado insisten en que para demostrar que este caso es una suplantación de identidad, tiene la historia laboral de Jhon Jair Piedrahita, donde se comprueba que ha trabajado en empresas reconocidas de Buga, y hace seis meses por estar desempleado tuvo que ejercer el trabajo como mototaxista para sostener económicamente a su esposa y dos hijas de 14 y 17 años de edad respectivamente.
Amigos de Piedrahita en Buga aseguran que la noticia de la captura los tomó por sorpresa, porque para ellos no existe la más mínima posibilidad de que este hombre pertenezca a una estructura criminal.
Los consultados por este medio periodístico y a quienes le reservamos la identidad, amparados en el código de ética de las fuentes periodísticas, indican conocer al señor Jhon Jair hace varios años; algunos manifiestan que ha sido vecino en el barrio Fuen Mayor de la Ciudad Señora, son personas humildes. Trabajó en empresas de Buga, vive con lo mínimo y paga hasta alquiler en una vivienda”, indican.
Sorayda Lozano, esposa del mototaxista, asegura que la situación la afectó psicológicamente.
"Las autoridades deberían hacer un seguimiento y verificar las cosas, a mi esposo hace siete años se le perdieron los documentos, pero como los recuperó no puso el denuncio. Tenemos declaraciones juramentadas de sus antiguos jefes que dan testimonio que él no es un delincuente", agregó la compañera sentimental del implicado. Otro de los documentos que pedirá la defensa de Piedrahita es ante la Cancillería para que allí comprueben que el hoy capturado jamás ha solicitado un pasaporte y tampoco ha salido del país., pues de ser así, deberán demostrar mediante registros la salida y posterior ingreso a Colombia de la victima de esta equivocación, precisan los abogados. 
Para los abogados y eruditos en la materia, el caso de Piedrahita es una suplantación de identidad. Un delito que parece estar cada vez más presente en la realidad de los colombianos. Solamente en Bogotá, la Fiscalía tiene 28.132 procesos por falsedad de documentos.
Ahora los abogados trabajan contra reloj y sin remuneración para viajar a Bogotá y controvertir las pruebas contra Piedrahita, y así evitar que el presidente Juan Manuel Santos firme una extradición que podría ser una terrible equivocación del sistema judicial colombiano, como ha sucedido con  otros inocentes a quienes se les ha vulnerado su honra.
Sus familiares solo esperan que se haga justicia y no se permita cometer un error, dejando de paso desolación, angustia y resquebrajamiento de una humilde familia que depende económicamente de John Jair Piedrahita, persona a quien no se le conoce de tener problemas de ninguna índole y que solo lleva la culpa de ser uno más de los miles de pobres que han sembrado sus esperanzas en el diario trabajo, honrado, honesto y con dedicación, en aras de alcanzar una meta para sus seres queridos. Para esta angustiada familia compuesta por papá, mamá y dos hermanas, resulta inentendible que la defensoría del pueblo en Colombia no se haya pronunciado en aras de garantizar los derechos Constitucionales de un colombiano a quien se le acusa de un ilícito que no cometió; en igual manera no se entiende por qué la cancillería colombiana, el ministerio de relaciones exteriores y demás organismos colombianos, han guardado silencio en un caso como el del señor Jhon Jair Piedrahita Jaramillo, quien ni siquiera cuenta con los recursos económicos para contratar un abogado defensor que le libre de cargar con la cruz de una equivocación.   

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