1.19.2016

Se debe atender el comercio informal que ocupa el espacio público

Redacción Buga
El Periódico

Un tema de mucha preocupación en Guadalajara de Buga y que debe ser analizado con mucha prudencia, es la ocupación del espacio público en vías de alta circulación peatonal y vehicular; es el caso de lo que diariamente se registra en la carrera 13 entre calles 7 a la 8va, donde no solo los andenes hacen parte de vitrina para exhibir los productos, sino que los ubican sobre la vía carreteable.

Sin lugar a dudas el afán de los comerciantes basado en las dificultades económicas, los conlleva a ingeniarse estrategias que atraigan al cliente-comprador, lo que resulta motivante tanto para quien busca un artículo, como para quienes gustan de vitrinear; pero que resulta muy incómodo para los peatones quienes su objetivo es realizar otras actividades bien sea de rutina o esporádicas, y tienen que lanzarse a la vía publica exponiéndose a ser atropellados por cualquier vehículo automotor que cruce en el momento.
Es allí donde juega papel importante las acciones del gobierno municipal en generar espacios de concertación, diálogo y viabilidad en aras de garantizarles la continuidad a sus procesos comerciales.
En Buga los andenes son ocupados con vehículos, motocicletas o reparación de estos y por la exhibición de mercancías que ocupan estas zonas destinadas para el tránsito de peatones.
Desde años atrás las administraciones municipales han propuesto sanciones teniendo en cuenta el Acuerdo Municipal 076 de 2.010, en su Artículo Vigésimo Primero: Ocupación Ocasional del Espacio Público, parágrafo cuarto, donde se establece una multa diaria equivalente al 5% de un salario mínimo mensual vigente, para propietarios de vehículos, motocicletas, talleres o almacenes que ocupen el espacio público.
Esta medida busca recuperar el espacio público y beneficiar a los peatones y transeúntes, para que transiten libremente por los andenes de la ciudad y no corran peligro haciéndolo por la zona destinada para los automóviles
En la Ciudad Señora hay que tener en cuenta que la mayoría de los comerciantes informales, son personas de otros municipios, lo que trae como consecuencia de tener no solo en las calles vendiendo a personas desempleadas y de escasos recursos del municipio, sino que se pasa a ser  receptores de los comerciantes informales de otros lugares del Valle y de Colombia.
Estos afectan no sólo al comercio organizado, sino también y significativamente a la comunidad en general, ya que están violando la ocupación del espacio público.
Se ha encontrado poca colaboración del mismo comerciante informal, debido a su bajo nivel de educación, falta de oportunidades, empleo, entre otros factores que priman en lo que denominan “el derecho al trabajo honesto y honrado”.
Además constantemente, el comercio organizado se queja, ya que prima la competencia desleal y la baja calidad de los productos, los cuales venden a menos precios ya que estos no pagan impuestos, no fomenta empleo, no pagan servicios públicos ni arrendamientos.
Aquí encontramos: hombres y mujeres; niños, jóvenes, adultos y ancianos que afectan al comercio organizado de los diferentes sectores; tales como: expendedores de legumbres, de frutas, granos, artículos de aseo general, vestuario y accesorios.
En Guadalajara de Buga han sido muchas las acciones tendientes en erradicar la ocupación del espacio público, pero a las diferentes administraciones municipales todo se les ha ido en meras mesas de diálogo, socialización y nada que se ejecutan las acciones que conlleven a contar con andenes y vías libres de las incomodidades para el tráfico vehicular y tránsito peatonal.
En las ciudades tradicionales el espacio público es el que da identidad y carácter a la ciudad, el que permite reconocerla y vivirla en sus sitios urbanos: naturales, culturales y patrimoniales. Aunque los gobiernos locales se ocuparon de su gestión a través de la regulación, la normativa y los proyectos urbanos en la década de los 80, no pudieron prevenir ni corregir las constantes y, muchas veces toleradas, invasiones privadas que deterioraron la calidad de vida y el medio ambiente. En los 90 el mercado con importantes inversiones en centros de recreación y consumo (los nuevos espacios del encuentro) y en las urbanizaciones privadas, introduce el concepto de espacio privado de uso público. Sin embargo el tratamiento de los espacios públicos cotidianos, con fuerte participación ciudadana, multiplica las acciones y la diversidad de soluciones mejorando la calidad ambiental del conjunto. Esta ponencia presenta algunas experiencias desarrolladas con resultados positivos.
Por ello se requiere de un compromiso no sólo del gobernante de turno, allí también deben actuar de manera social los concejales, las fuerzas vivas, el mismo comercio organizado, las autoridades de policía, las agremiaciones, líderes cívicos y comunales, y por supuesto los vendedores ambulantes quienes son el tema central de la problemática; desde el ministerio público con la personería municipal, se debe ejercer un verdadero control al flujo migratorio a fin de identificar la población flotante existente en Guadalajara de Buga, y su respectiva caracterización, de tal modo que los foráneos deban ocupar los centros de comercialización adecuados para tal fin, con un canon de arrendamiento módico y que les permita ejercer su trabajo, lo mismo para los naturales de Buga deben estar en estos centros, como las “galerías”, el “centro comercial plaza centro”, y de ser necesario los locales comerciales a cargo de la responsabilidad económica y de más fines de cada uno de los comerciantes informales.
En lo referente a  los talleres de motocicletas y vehículos que ocupan el espacio público, las normas son muy precisas y solo se requiere hacerlas cumplir, teniendo en cuenta que Guadalajara de Buga es uno de los pueblos patrimonio de Colombia.


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