10.15.2013

Habitantes del nor- occidente de la ciudad piden una vía alterna al puente elevado

Tal como se presenció con el hecho de sangre del fin de semana anterior, los barrios Paloblanco, Albores de San Juanito, Valle real y Montellano,  quedan en una encrucijada e incomunicados al momento de registrarse una emergencia a la altura del único puente semipeatonal y vehicular que los conecta con el resto de la ciudad, precisan sus habitantes.

Redacción Buga
El Periódico

El  nor-occidente de la ciudad totalmente enjaulado ante cualquier pequeña emergencia, generando un ambiente de total intranquilidad para los moradores de los barrios de dicho sector de la ciudad.
La construcción del puente elevado sobre la doble calzada, inicialmente y en su momento, fue bien recibida ya que para la época sólo existían allí dos poblaciones como eran las de Paloblanco y Valle Real, urbanización ésta que apenas iniciaba su proyecto de expansión, pero jamás se vislumbró que este sector del municipio sería tenido en cuenta para la ampliación del tema de vivienda como ahora se nota.
De ahí que con una sola vía de ingreso y salida, las dificultades son constantes al momento de generarse algún colapso, como sucedió con el paro nacional agrario y de camioneros  y el último con el hecho de sangre, donde por  espacio de varias horas se colapsó fuertemente el tráfico automotor y peatonal desde y hacia estos barrios.
Aunque los dignatarios comunales en reiteradas oportunidades han oficiado a la concesión de la malla vial para que se busque otra vía alterna donde también puedan circular fácilmente los peatones, no ha sido posible que a lo largo de 20 años que data la construcción del puente, sea posible un acercamiento con entidad territorial alguna para que se dé solución al eterno problema, señalan los hoy afectados moradores de Palo Blanco, Albores de San Juanito, Valle Real y  SAn José de las Palmas.
Y qué decir si se repitiera lo de épocas navideñas, donde el barrio Paloblanco fue durante muchos años epicentro de cientos y miles de visitantes y curiosos, quienes no se perdían el tradicional alumbrado los 7 y 8 de diciembre; aunque esta vieja y muy católica tradición ha  disminuido notablemente, quedan muchas familias, que siguen demostrando la unidad, fraternidad y ese calor navideño el cual buscan impregnar en cada uno de los corazones de los bugueños.
Si nos trasladáramos nuevamente a esa época, nos podríamos imaginar la problemática que se generaría con la romería humana que se da cita a un evento de estos, máxime por ser tradicional en la ciudad y donde visitantes provenientes de otras localidades cercanas también acudían para observar el arte,  los motivos navideños y el esplendor que se genera con el juego multicolor por el alumbrado navideño?. La verdad es que si se hubiese continuado de tal forma con el tradicional alumbrado decembrino, el caos  que se registraría durante los dos días sería incontrolable por cualquier autoridad de tránsito, a más de generar un inconveniente de múltiples proporciones para los cuerpos de socorro que en estas fechas entran en estado de alerta para atender cualquier llamado de auxilio.
Todo este historial es para que los gobernantes locales, departamentales, la clase política y, las empresas encargadas de la concesión de la malla vial, tengan en cuenta los programas a futuro en materia de expansión y no sometan a la clase humilde a una situación de riesgo como la que actualmente deben padecer  nuestros semejantes en el sector nor- occidental de Buga, y es por ello que desde ya y con antelación, prevenimos  a quienes tengan injerencia en este tema, para que busque inmediatas soluciones antes de que sea demasiado tarde.
Hay que tener en cuenta que muy cerca a estos barrios pasa la tubería del poliducto que va a Yumbo, y aunque cuenta con  vigilancia y monitoreo permanente, cualquier inconveniente se puede registrar y salirse de las manos.


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