1.20.2014

Vandalismo y desorden social agobia la ciudadanía

Redacción Buga
El Periódico

Cansados y sin al parecer el respaldo de los entes de control a la sana convivencia ciudadana, se encuentran los habitantes de la carrera 11 con calle 24 al norte de Buga, por el asedio y vandalismo de un grupo de jóvenes que todas las noches se aposentan en este corredor vial de la ciudad a cometer toda clase de actividades negativas: robos, consumo de sustancias alucinógenas y desordenes sociales y sexuales, además de desbordar sus ansias con los robos a las propiedades vecinas.
Es tan insoportable la situación documentada por los moradores, que han elevado un vehemente llamado a la Policía para que actuara de inmediato con los esquemas de vigilancia contenidos en sus programas de seguridad ciudadana.
Con la oscuridad de la precaria luminaria, estas personas en su mayoría jóvenes entre hombres y mujeres, asedian a cuanta persona se les cruza en su camino, arrebatándoles sus pertenencias y en muchos casos lanzando toda clase de improperios  contra ellos.
Es insoportable el vivir por allí, expresan los afectados  habitantes, al punto que los propietarios de casas que las tienen arrendadas se ven en problemas económicos porque los inquilinos le han manifestado el querer desocupar.
Pero lo grave de la situación no es de ahora, como se recordará a mediados del año anterior se presentó un atentado sicarial del que lograron escapar con vida quienes se encontraban allí, lo cual deja entrever el alto riesgo de inseguridad en el que se encuentran las personas de bien que residen en el entorno.
“Son casi dos cuadras a la redonda las tomadas por estas personas para cometer sus acciones vandálicas y antisociales, sin que hasta el momento exista poder humano alguno que logre contrarrestar este flagelo”, explican los cansados vecinos de la carrera 11 con calle 24 en Buga.
El Deber del ciudadano es aquello que obliga al hombre por los preceptos naturales, cívicos o religiosos a que se sujeta, Cumplir con su obligación.
Toda persona tiene el deber de convivir libre y respetuosamente con las demás de manera que todas y cada una puedan formar y desarrollar integralmente su personalidad.
Como consecuencia del principio de supremacía  y fuerza normativa de la Constitución, así como el principio de legalidad, se consagra el deber de toda persona de cumplirla  y acatarla, destacando la obligación de promover y defender los derechos humanos siempre con fundamento en la convivencia democrática.
El deber de convivir con los demás de manera que todos y cada uno puedan formar y desenvolver íntegramente su personalidad, constituye el principio de solidaridad política, económica y social.
En atención a estos preceptos, la ciudadanía espera contar con el apoyo y compromiso de las autoridades civiles y de policía en garantizarles el derecho de la sana convivencia  y la libre movilidad por su territorio.

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