2.10.2014

Un árbol del parque Fuenmayor es tema de discusión

Redacción Buga
El Periódico

Un árbol en aparente estado muerto, es motivo de desacuerdos por parte de vendedores ambulantes, los que cuidan motos, bicicletas y carros en la carrera octava con calles 17 y 18, de las parejas de enamorados que solían sentarse bajo este ejemplar en conflicto y de quienes persuaden el parque de Fuenmayor para sus momentos de reflexión o de descanso.
 La polémica radica en que las ramas del viejo árbol constantemente caen al piso, poniendo en peligro la integridad física de quienes bajo éste transitan; manifiesta un adulto mayor quien se gana la vida cuidando vehículos en la vía publica, que le ha tocado ver como caen estas pesadas y secas ramas al piso, despachando partes de ella a todo lado.
El proceso natural indica que lo que nace muere y lo que crece regresa a la tierra, y a este árbol tal parece le ha llegado el tiempo límite de vida, o quizá por alguna enfermedad lentamente ha ido  dejando de existir ante la atónita mirada de quienes no entienden su proceso, o de quienes cuentan con toda la capacidad para intervenirlo y no lo hacen.
Si bien es cierto que la arborización hace parte de los espacios de recreación, deporte, vida sana e integración, también hay que tener en cuenta que estas especies deben contar con un  debido tratamiento fitosanitario del cual adolecen muchas especies naturales, y no sólo en Buga, en todo el Valle y en Colombia, al parecer los organismos ambientales, ecológicos y los protectores del ecosistema, se han atornillado a sus puestos de trabajo, olvidando de plano la enorme responsabilidad que tienen para con lo que les brinda el diario sustento de sus familias.
No se trata de erradicar el árbol, lo que se debe hacer es un estudio a fondo para determinar si en realidad ya cumplió su ciclo de vida o se le puede salvar para que como lo hizo durante algún periodo de tiempo, vuelva a brindar la sombra para la gente y el refugio para muchas especies de animales, en especial los pájaros.
También se debe tener muy claro que la indolencia de la especie humana está conllevando al deterioro de su mismo mundo, as así como se puede observar que los árboles se han convertido en el sanitario callejero de cuanta persona le place hacer sus necesidades fisiológicas en sus raíces, lo que en palabras claras, representa una muerte lenta pero certera.
Lo que hay que hacer con este árbol que tiene preocupados los vendedores, cuida carros y enamorados del parque Fuenmayor, es brindar inmediata atención fitosanitaria para descartar algún atropello a la vida natural.

GEWEB