11.20.2014

El patrimonio testimonial, Academia de Historia Leonardo Tascón, 52 años de constituida

Redacción Buga
El Periódico

La Academia de Historia de Buga, lugar que guarda celosamente parte del patrimonio histórico del municipio también se encuentra de cumpleaños, son un poco más de 5 décadas en las que en el recinto se han custodiado un sinnúmero de archivos y objetos de incalculable valor histórico.

Precisamente, en 1962 un grupo de ilustres ciudadanos bugueños se dio a la tarea de crear un centro para recuperar, conservar y difundir la memoria histórica de la ciudad, fundada por los españoles hace 444 años.
Dentro del proceso de recuperación de los archivos judiciales, notariales, eclesiásticos y del cabildo de la época, se clasifican para conformar el acervo documental más importante de Buga y del occidente colombiano.
La sede de la Academia de Historia de Buga es una hermosa casa colonial que además de sus seis salas y bibliotecas, cuenta con un pequeño museo en donde se guardan piezas precolombinas, trajes, armas, utensilios, cámaras fotográficas y radios antiguos.
Asimismo, se exhibe el primer telégrafo que llegó a Buga y el radio más antiguo, de marca Telefunken, que aún funciona.
Posee una pinacoteca en donde se exhiben cuadros antiguos con imágenes religiosas y de personajes que fueron protagonistas de la historia local y nacional.
En una de las paredes de esta casa colonial cuelga el óleo de Manuel Antonio Sanclemente, el único presidente de Colombia que ha tenido Buga en toda su historia.
Su numerosa hemeroteca conserva periódicos y publicaciones, como una completa colección del Almanaque Bristol que data del año 1850.
En sus anaqueles, en una caja hermética que las protege del paso del tiempo, se conservan el acta de fundación de Guadalajara de Buga y una carta escrita por Simón Bolívar el 1º de diciembre de 1830, en donde el Libertador les agradece a los bugueños su hospitalidad y la invitación que le hicieron para que pasara los últimos años de su vida en esta ciudad.
La mayoría de sus 35.000 libros, que se guardan como un tesoro, están escritos a mano con una caligrafía impecable.
En uno de estos “incunables”, reposa un libro capitular escrito en el año 1808, considerado como una verdadera joya, en donde aparece un poema de 10 páginas en donde el cabildo le manifiesta su fidelidad y obediencia al rey Fernando VII de España.
“Tener una Academia de Historia como la de Buga es un privilegio que nos llena de orgullo, pues muy pocas ciudades en el país se pueden dar ese lujo”, manifestó el alcalde de Buga, John Harold Suárez Vargas.
En su archivo musical se guardan las partituras y los instrumentos que tienen una gran importancia para los bugueños, como son las obras del maestro Eddy Salospi, destacado músico del siglo XIX. Asimismo, innumerables acetatos con música clásica, colombiana y las obras de los grandes compositores y músicos clásicos.
Hoy, con motivo de los 52 años, se continúa con el convenio suscrito con la Universidad del Valle, a través del cual los estudiantes de Historia de los últimos semestres, están catalogando los documentos que pertenecían a las notarías de la Ciudad Señora y los procesos judiciales de los juzgados y del Tribunal Superior de Buga.
En este trabajo de selección y clasificación, se han encontrado procesos que datan de los años 1560 a 1840.
Igualmente, los estudiantes de la Universidad del Valle están organizando y digitalizando archivos correspondientes al Cabildo de Buga, en donde están los acuerdos de los años 1721 a 1935 y las actas capitulares, las ordenanzas y las actas del departamento del Valle, cuando Buga fue la capital a principios del siglo pasado.
Para cuidar este legado, la Academia de Historia de Buga Leonardo Tascón, cuenta con 33 personas amantes de la historia, quienes de manera desinteresada aportan su tiempo y sus recursos para sostener esta obra.
Entre sus directivos se destacan el magistrado Amado Gutiérrez Velásquez, quien es su Presidente y el ex alcalde de Buga, John Jairo Bohórquez Chavarro, como vicepresidente de la Junta Directiva.
Además, cuentan con el apoyo de un grupo de amigos y de miembros de número de la Academia, que de manera celosa cuidan este tesoro histórico como un legado que le van a dejar a las nuevas generaciones y a los investigadores de la historia bugueña.

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