6.16.2015

Los ornamentos sacerdotales se salvaron de ser robados en Alto Bonito

BUGA - De manera sorpresiva y sigilosa, fue violentada una puerta-reja de seguridad del lateral oriental en la iglesia La sagrada Familia del barrio alto Bonito.
De acuerdo a lo indicado por el agregado Henri Gallego, el pasado lunes 1 de junio, como de costumbre hacia las 7:00 de la noche llegó al templo parroquial y se dio una vuelta por los alrededores sin ingresar al lugar, pero al momento de observar que  en la pared de la puerta – reja lateral se encontraban huellas de zapato, le llamó la atención e ingresó al templo, encontrándose con una ventana que da al culto, forzada, acto seguido subió las escalas que dan al segundo piso de la edificación encontrando las habitaciones de huéspedes totalmente revolcadas, lo que llamó su atención y de inmediato dio parte al sacerdote Carlos Hernán Valencia.
El presbítero, quien no se encontraba en el templo, llamó la Policía para que adelantaran las averiguaciones, al igual que se hizo presente, notando que los sediciosos habían ingresado a su morada, revolcando todo lo que a su paso encontraron, como si estuviesen buscando algo de valor, llevando consigo una loción de poco valor y que ya estaba usada.
En igual manera violentaron la Capilla del Santísimo donde se  guardan las Hostias y llevándose las que allí habían ya consagradas.
Según la manera como dejaron los elementos, trataron de llevarse una planta de sonido con la “que funciona la parlanteria del templo, pero por encontrase empotrada en un armario y por lo pesado del equipo, no lograron su objetivo, lo mismo que con una aspiradora la cual dejaron tirada en el camino.
Pero no contentos con dejar todo desacomodado tanto en la iglesia como en el despacho parroquial y la sacristía, trataron de forzar la cerradura de una puerta lateral occidental para ingresar a la oficina y llevarse los equipos de cómputo, impresora y otros que por fortuna no pudieron hurtarse”, indicó que agregado Gallego.
Tuvieron el tiempo suficiente para desacomodar lo que se les antojó, violentar cerraduras, rejas de seguridad sin que fueran vistos por el vecindario cercano;  por ello se cree que son personas conocidas y de menor peso corporal, para poder subir las rejas sin que se les dificultara.
El Santo Cristo de bronce que se encuentra en el Altar mayor, al parecer no fue objetivo para estas personas, porque se presume fueron de dos a tres, pues lo dejaron intacto.
Como se recordará, hace aproximadamente 10 años que se robaron una campana del campanario mayor, logrando recuperarla en el mismo barrio pocos días después;  esto fue estando de párroco el sacerdote Gerardo Ospina, después se llevaron unas aves de corral que se estaban engordando para el compartir con la  comunidad parroquial… estos han sido los casos más relevantes en materia de inseguridad en alrededores de la capilla del barrio Alto Bonito, sin mencionar los casos aislados de muertes violentas.
De acuerdo a la feligresía, el sacerdote Hernán Valencia lleva escasos 3 meses de capellán, y siempre ha sido un pastor de la Iglesia de puertas abiertas y diálogo con las comunidades; se acerca a los niños, los jóvenes, su carisma es de mucha aceptación, y por ello rechazan tajantemente este acto de vandalismo para con un templo de oración.
Precisan en igual manera que las ofrendas en dinero son tan pocas que ni siquiera alcanzan para sufragar los gastos de servicios públicos del templo religioso, ni para que el sacerdote se tome un tinto mañanero alcanzan las ofrendas, ya que la comunidad del barrio es de escasos recursos económicos y difícilmente pueden diezmar a su iglesia, razón que lleva a pensar que sólo querían hacer un daño, porque ni pensar en llevarse un fortín económico.
Aunque la edificación se encuentra con sistema de seguridad en rejas y muros altos, no es suficiente impedimento para que los amigos de lo ajeno se las ingenien y busquen la manera de ingresar por cualquier lado, por ello el sacerdote optó por que una familia de la comunidad habite el sitio y preste el servicio de vigilancia y seguridad mientras él no se encuentre, para evitar más atentados contra este centro de oración y penitencial

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