10.23.2012

Unos que nacen, Otros que matan

Redacción Buga El Periódico Al oriente de la Ciudad de Buga, se encuentra la vereda de Alaska, un hermoso trozo de tierra que conmemoró el pasado fin de semana las fiestas de Los Guardianes del Agua, actividad que nació como una manera de homenajear y exaltar la memoria de las víctimas de la masacre perpetrada por los paramilitares. Las personas que inocentemente cayeron y cuya sangre se confundió, para convertirse en abono y riego de ese precioso suelo; ya mirando el presente, sus dolientes ofrecieron muestras gastronómicas, ciclo paseos, el campeonato de fútbol, reinado juvenil de las niñas de las diferentes veredas. Un buen grupo de bugueños se pegó la subidita, personas contagiadas por el sentido de pertenencia de esta hermosa comunidad ubicada en el oriente parte media de la zona rural de la Ciudad Señora; una comunidad que desde la masacre perpetrada aquel día por los guapos de metralla y fusil, hoy se ve asediada por seres que sin reparo alguno siguen ya no atacándolos, pero si su entorno; sólo el ser humano es la única criatura sobre este planeta que bajo cualquier pretexto es capaz de contaminar y tumbar la casa donde vive con otros seres, llenarla de desperdicios, defecar encima del agua que toma... Y mientras en Alaska celebraba una nueva versión de las Fiestas del Agua, porque creen en la vida, así sus familiares hayan caído por la detonación de las ráfagas, otros vecinos del sector se encargan de explotar el bosque a sus anchas y a su antojo...nuestro bosque, el que todos los bugueños pagamos por conservar para tener esa agua. ¿Hasta cuándo se seguirá talando impunemente al borde del río? Arriba de la cascada El Milagro o La Milagrosa, se nota que no ha habido afluencia de personas últimamente y la vegetación se está cerrando sobre las zonas donde se evidencia talas anteriores de 2, 3 y 4 años. El bosque sólo puede regenerarse si se dan las circunstancias propicias... ambos escenarios, los unos que creen en la vida aunque haya muerte y los que matan la vida representada en la naturaleza. Ni a los unos, ni a los otros, los asiste el Estado; ni para premiar, ni para castigar.

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