Redacción Buga
El Periódico
Ya los olores ofensivos y contaminación por vertimientos y lixiviados no son sólo en el casco urbano de Buga, sino que están dispersos también y desafortunadamente en la zona rural plana como las veredas Zanjón Hondo, El Vínculo, Quebrada Seca, Pueblo Nuevo y en la zona rural media entre el sector de "Cruce Bar" y la vereda "La Magdalena", afectando ostensiblemente el ecoturismo, a los deportistas y claramente a los residentes de sectores como La Ramada, El Bosque, La Unidad, Manantial, los Chambimbales en la zona plana, y la urbanización Montearrollo, Las Brisas, varios balnearios y demás en la zona rural media.
La contaminación proviene de avícolas, porcícolas, mataderos y de que se hacen muy malas prácticas agropecuarias de ganadería bovina y cañicultura como lo es el abonar potreros con gallinaza o porquinaza "cruda" sin compostar, lo que atrae plagas y enfermedades a los potreros y cultivos, además la grave posibilidad de epidemias zoonoticas y riesgos bio-sanitarios para todos.
Hay que tener en cuenta que los abonos orgánicos para aplicar en campo no deben presentar ningún olor, de igual forma todas las explotaciones agropecuarias y de transformación deben "necesariamente" de cumplir por norma y reglamentación ambiental vigente con:
1) Uso del suelo certificado por la Secretaría de Planeación municipal para la finalidad fijada por los POMCH y el POT.
2) Un plan de manejo ambiental integral, que garantice el efectivo manejo de sub-productos, lixiviados y olores ofensivos generados, en resguardo de los recursos naturales (marco del desarrollo sostenible).
3) Planes de gestión integral de residuos sólidos generados (PGIRS), o de manejo integral de basuras, que contemple el reciclaje, la reutilización, la recuperación y la descontaminación.
4) El manejo integral de las aguas servidas (aguas negras), con PTARS, STARS, tanques sépticos, biodigestores y afines.

Si bien es cierto que se requiere del apoyo al trabajo rural y además fomentar las actividades económicas y productivas agropecuarias, pero con "responsabilidad ambiental y social", para que se traduzca en una apropiada convivencia ciudadana, pues el "bien general siempre debe primar sobre el particular", y porque es "deber y obligación" de cada quien involucrado, el hacer la debida prevención, los respectivos controles y trabajos de mitigación de impactos ecológicos que sean pertinentes, lo cual tristemente ya es un mal del siglo XXI que todos debemos combatir y acabar con responsabilidad!