11.08.2010

A denunciar casos de violencia sexual invita Gerente del Divino niño

Redacción Buga
El Periódico

Con el fin de reducir los índices de violencia sexual en la ciudad de Guadalajara de Buga, el Gerente (E) del Hospital Divino Niño, médico Alberto Campo González, invita a la ciudadanía para que informe y denuncie ante las autoridades competentes, los casos de violencia sexual, ya que todas las personas tienen derecho a tener una vida libre de violencias.
Además invitó a quienes hayan sufrido este tipo de casos, para que acudan al hospital y reciban ayuda profesional; allí psicólogas de la institución atenderán cualquier inquietud.
Se le recuerda a la ciudadanía que es un derecho al respecto por la dignidad humana y que la violencia sexual se puede reconocer de diversas formas:
Sin Contacto Físico: Seducción verbal, propuestas sexuales, realizar o mostrar actos sexuales frente a niños y niñas como: Masturbación, exhibición de genitales, pornografía o relaciones sexuales.
Con contacto físico: Tocamiento o manoseo.
Alentar o permitir que un niño toque de manera inapropiada a un adulto. Incesto • Violación
En caso de presentarse un caso de estos, la victima debe ir al centro de salud, más cercano para prevenir infecciones de transmisión sexual y embarazos, la víctima no debe bañarse, ni lavar sus manos o dientes, ni usar enjuague bucal, debe conservar la ropa que tenía puesta o llevarla en una bolsa de papel; debe de informar de inmediato a la Fiscalía, Casa de Justicia o Policía Nacional.
Se producen abusos sexuales cuando se da "una situación en la que un niño, que no es capaz de entender lo que está ocurriendo, es utilizado para la obtención de placer sexual de una persona, generalmente adulta, pero siempre y en cualquier caso, en situación de superioridad sobre el menor". Pueden ir acompañados de todo tipo de prácticas sexuales activas o pasivas, pero los tocamientos son lo más frecuente porque no dejan huella.
¿Cómo reacciona el niño? Hasta los cinco o seis años de edad, y siempre y cuando no haya dolor físico, el menor piensa que esa situación es normal y ni siquiera siente rechazo hacia el adulto. De los seis a los nueve sienten una sensación de inseguridad, de desagrado, y toman conciencia de que lo que ocurre es algo secreto y diferente. A partir de esta edad puede aparecer daño psicológico. Manifiestan temor, ansiedad, nerviosismo, miedo a quedarse solos, pero no tienen capacidad de reaccionar ni enfrentarse al abusador. Entre los 9 y los 10 años, la situación varía y evitan las situaciones en las que puede producirse el abuso.
Si el abuso es extrafamiliar y existe un nivel de confianza y diálogo fluido entre hijos y padres, los niños son capaces de verbalizarlo muy pronto. Cuando no pueden expresarse y el abuso se repite hasta entrar en la adolescencia, la víctima puede presentar trastornos psicológicos graves, como intentos de suicidio o comportamientos autolíticos, que consisten en hacerse daño a sí mismos con cortes o rascaduras, para llamar la atención.
Es diferente el impacto que recibe quien es violado por un extraño frente al que es violado por un miembro de la familia.
Ser abusado sexualmente cuando niño es más devastador que cuando adulto, porque existe un sentimiento de traición y una relación confusa con el agresor. Si pasa en edad adulta hay muchos sentimientos, pero la confusión y la sensación de traición no es nunca similar.
Los efectos son diferentes si el abuso contra un niño se da una sola vez que si se da por un periodo largo de tiempo.

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