Redacción Buga
El Periódico
La Asociación para el Desarrollo de la Filatelia en Colombia” (Asodefilco), escogió a Buga como sede de una exposición con veinte marcos traídos de la Capital de la República, de motivos presentados por adultos, jóvenes y niños que han aportado sus trabajos en Cafam.
La exhibición abierta al público en la casa de la Cultura, deja apreciar el sentido de creatividad y orden.
La afición por la Filatelia apareció cuando en Gran Bretaña se emite la primera estampilla conocida como Penique Negro (Black Penny) el 6 de marzo de l.840. En Colombia empieza a circular el 1 de septiembre de 1.859. El precio lo determina antigüedad y cantidad de ejemplares existentes o conocidos de la misma serie junto con la demanda que se genere.
El buen coleccionista debe poseer: Orden, paciencia y ganas de hacer las cosas bien, utilizando el material filatélico compuesto por: Cubeta de lavado, lupa, pinzas filatélicas, fijasellos, odontómetro, filigranoscopio, clasificadores, catálogos y álbumes. Las piezas postales o estampillas de una colección, se preparan correctamente con los accesorios dispuestos para su clasificación y presentación.
Las estampillas son sellos de correos o sellos postales, pequeñas viñetas o dibujos que los Gobiernos emiten para ser utilizados en el franqueo de toda clase de envíos por correo como cartas, libros, periódicos, paquetes, valores y muchos objetos más de valor oficial o nominal, exhibiendo riquezas, costumbres, flora, fauna, geografía, política o cultura del País emisor, contándose actualmente más de 100 millones de temáticas en el mundo.
Las colecciones temáticas más famosas están dedicadas en resaltar: Naturaleza, deportes y recreación, cultura, transporte y comunicaciones, ciencia y tecnología, historia y sociedad, organismos y eventos internacionales turismo y solidaridad.
La exposición termina el próximo jueves 10 de noviembre. Desde las culturas prehistóricas, la historia y el arte avanzan tan próximos que a veces se tocan. Algo tan simple como contar lo que pasa sirviéndose de la imagen es una constante a través de los tiempos.
El sello postal reúne estas características, una viñeta que acompaña las cartas o envíos de correos por más de 100 años, un cuadro donde se aprecia la ventana de la historia de la humanidad.
En la fabricación de los sellos se utilizan todos los procedimientos gráficos (tipografía, litografía, grabado talla dulce, huecograbado y fotografía), pero el más bello, sin duda, es el grabado a buril sobre plancha metálica, con la impresión mediante la prensa llamada tórculo. Este procedimiento es, además, el que casi imposibilita la falsificación. Primero se hace el grabado con buril, después se moja el papel que luego pasa a una prensa, donde todavía húmedo se imprime hoja por hoja en máquinas calcográficas o en tórculo automático. Las hojas pasan después a los revisadores que examinan los pliegos y separan aquellos que se encuentren defectuosos. Una vez seca la impresión van las hojas a la maquina numeradora, si se numeran, luego a la engomadora, y cuando están secas a la que hace el trepado o perforado, última operación. Este sistema, de impresiones muy bellas, es lento; por ello, para las emisiones de gran número se emplean el huecograbado rotativo y la fotolitografía, muy rápidos, en los cuales se hace el dibujo en papel y la imagen es transportada al metal por procedimientos fotomecánicos.
En el papel se ha de tener en cuenta, aparte del color y el grosor, la filigrana o marca especial de agua que puede distinguirse al trasluz o mediante el filigranoscopio, que consiste en una pequeña bandeja de fondo plano y negro, en la cual se deposita el sello cara abajo; se le humedece con una gota de bencina y enseguida se hace visible el signo o letras de la filigrana. Según sea ésta, el sello puede pertenecer a una y otra emisión. Las filigranas son muy variadas y algunas muy curiosas. El perforado o trepado constituye otro elemento distintivo, ya que existen diferentes tipos de dentado, y se clasifican según la separación entre los dientes del sello. Los antiguos no estaban perforados, aunque lo mismo sucede con algunas emisiones modernas.
El Periódico
La Asociación para el Desarrollo de la Filatelia en Colombia” (Asodefilco), escogió a Buga como sede de una exposición con veinte marcos traídos de la Capital de la República, de motivos presentados por adultos, jóvenes y niños que han aportado sus trabajos en Cafam.
La exhibición abierta al público en la casa de la Cultura, deja apreciar el sentido de creatividad y orden.
La afición por la Filatelia apareció cuando en Gran Bretaña se emite la primera estampilla conocida como Penique Negro (Black Penny) el 6 de marzo de l.840. En Colombia empieza a circular el 1 de septiembre de 1.859. El precio lo determina antigüedad y cantidad de ejemplares existentes o conocidos de la misma serie junto con la demanda que se genere.
El buen coleccionista debe poseer: Orden, paciencia y ganas de hacer las cosas bien, utilizando el material filatélico compuesto por: Cubeta de lavado, lupa, pinzas filatélicas, fijasellos, odontómetro, filigranoscopio, clasificadores, catálogos y álbumes. Las piezas postales o estampillas de una colección, se preparan correctamente con los accesorios dispuestos para su clasificación y presentación.
Las estampillas son sellos de correos o sellos postales, pequeñas viñetas o dibujos que los Gobiernos emiten para ser utilizados en el franqueo de toda clase de envíos por correo como cartas, libros, periódicos, paquetes, valores y muchos objetos más de valor oficial o nominal, exhibiendo riquezas, costumbres, flora, fauna, geografía, política o cultura del País emisor, contándose actualmente más de 100 millones de temáticas en el mundo.
Las colecciones temáticas más famosas están dedicadas en resaltar: Naturaleza, deportes y recreación, cultura, transporte y comunicaciones, ciencia y tecnología, historia y sociedad, organismos y eventos internacionales turismo y solidaridad.
La exposición termina el próximo jueves 10 de noviembre. Desde las culturas prehistóricas, la historia y el arte avanzan tan próximos que a veces se tocan. Algo tan simple como contar lo que pasa sirviéndose de la imagen es una constante a través de los tiempos.
El sello postal reúne estas características, una viñeta que acompaña las cartas o envíos de correos por más de 100 años, un cuadro donde se aprecia la ventana de la historia de la humanidad.
En la fabricación de los sellos se utilizan todos los procedimientos gráficos (tipografía, litografía, grabado talla dulce, huecograbado y fotografía), pero el más bello, sin duda, es el grabado a buril sobre plancha metálica, con la impresión mediante la prensa llamada tórculo. Este procedimiento es, además, el que casi imposibilita la falsificación. Primero se hace el grabado con buril, después se moja el papel que luego pasa a una prensa, donde todavía húmedo se imprime hoja por hoja en máquinas calcográficas o en tórculo automático. Las hojas pasan después a los revisadores que examinan los pliegos y separan aquellos que se encuentren defectuosos. Una vez seca la impresión van las hojas a la maquina numeradora, si se numeran, luego a la engomadora, y cuando están secas a la que hace el trepado o perforado, última operación. Este sistema, de impresiones muy bellas, es lento; por ello, para las emisiones de gran número se emplean el huecograbado rotativo y la fotolitografía, muy rápidos, en los cuales se hace el dibujo en papel y la imagen es transportada al metal por procedimientos fotomecánicos.
En el papel se ha de tener en cuenta, aparte del color y el grosor, la filigrana o marca especial de agua que puede distinguirse al trasluz o mediante el filigranoscopio, que consiste en una pequeña bandeja de fondo plano y negro, en la cual se deposita el sello cara abajo; se le humedece con una gota de bencina y enseguida se hace visible el signo o letras de la filigrana. Según sea ésta, el sello puede pertenecer a una y otra emisión. Las filigranas son muy variadas y algunas muy curiosas. El perforado o trepado constituye otro elemento distintivo, ya que existen diferentes tipos de dentado, y se clasifican según la separación entre los dientes del sello. Los antiguos no estaban perforados, aunque lo mismo sucede con algunas emisiones modernas.