10.18.2012
Valle Real, con verdadero entorno paisajístico y de sana convivencia comunitaria
Por: Alberto Castillo Patiño
La empatía entre el hombre, el ecosistema y la fauna, es cada vez perentoria, es urgente que la especie humana evite la destrucción del planeta, y el de las restantes especies vivas.
Por ello, la no casual, pero si acertada idea de quienes tienen antejardines en sus casas, resulta vital para la sana convivencia y el esparcimiento durante las horas de descanso, encuentros de amigos, familiares y de vecinos de cuadra. Sin dejar de lado la población animal, que aprovecha estos espacios, enverdecidos con pasto, plantas ornamentales y aún árboles, para radicar allí su hábitat; es el caso de los bien tenidos antejardines de la Urbanización Valle Real al noroccidente de Buga, donde muchas personas se preocupan por mantener el entorno habitacional agradable, bajo condiciones mínimas del ornato y embellecimiento, procurando estar a tono entre lo natural y el ser humano; facilitando el espacio peatonal con los andenes, zonas vehiculares donde estén alejados de toda clase de contaminación ambiental, llámese ruido, polución, las chimeneas de las industrias y factorías; entornos urbanísticos donde todos tengan pleno derecho a disfrutar del descanso nocturno luego de largas jornadas de trabajo, donde se pueda compartir de la tranquilidad.
Ornato y Embellecimiento en Buga con las zonas verdes, por el cual se viene preocupando el gobierno local, direccionando el mantenimiento, cuidado y protección de antejardines, zonas verdes, separadores viales, con el firme propósito de adornar de lo natural la Ciudad Señora.
Este aspecto contribuye con la armonía que por muchos años caracterizó este barrio y urbanizaciones de la Ciudad Señora, y que ahora pueden ser recuperados, gracias al entusiasmo de quienes se preocupan por mantener en forma los antejardines de sus casas, con los árboles quedisminuyen la velocidad del viento y pueden servir de pantalla sonora llegando a reducir los ruidos de 8 a 10 decibeles por metro de espesor, en el caso de una plantación de ciertos árboles perennes. Es así como se invita a que cada propietario o habitante de Valle Real, Palo Blanco, Albores de San Juanito y otros sectores de Buga, mantengan la armonía entre el ser humano y la especie animal, cuidando la arborización para que los pájaros aniden en ellos sin ser molestados, donde permanezca el equilibrio ecológico y animal, sin que actividades anti ambientales torpedeen este proceso.
El mantener la armonía, sana convivencia, participación ciudadana y entornos agradables, es el objetivo de la recién electa Junta de Acción Comunal de la Urbanización Valle Real, que en cabeza de su presidente José Luis Palacios, viene liderando éstas, entre otras positivas actividades, bien acogidas por sus moradores y que cuenta con el acompañamiento de tenderos, establecimientos comerciales, almacenes y comercio en general, que tienen su actividad establecida en Valle Real.
La vegetación juega un rol irremplazable en el vasto sistema de la ciudad; es hábitat de la fauna y actúa como reguladora del microclima urbano, fija el óxido de carbono y el polvo contenido en el aire, tiene un importante rol en la depuración microbiana y la regulación térmica, y puede contribuir a la regulación hídrica, lo que se relaciona con la acumulación de agua por parte de la vegetación, y el suelo y con la posibilidad de la infiltración a través del sustrato hacia la capa de agua.
Más ahora que entrará en vigencia la norma ambiental, donde serán sancionados quienes atenten contra el ecosistema, la flora, la fauna, la especie animal, de quienes sin compasión alguna arrojan basura a la calle de manera indiscriminada, o depositan lo barrido a los sumideros de agua en las calles; de las personas que con sus mascotas permiten que éstas depositen sus excretas en las zonas verdes, parques, antejardines. Contra estas personas arreciará esta normatividad que ha estado en el cuarto de San Alejo y que ahora, por el bien del planeta, entra en vigencia.
Espacios como estos son los que dan identidad y carácter a la ciudad, el que permite reconocerla y vivirla en sus sitios urbanos naturales, culturales y patrimoniales, libre de toda clase de contaminación ambiental, donde no se permita que personas inescrupulosas y dañinas perturben la tranquilidad y sana convivencia, como suele presentarse con las mascotas que son llevadas a los parques, zonas verdes y ante jardines de las casas para que hagan sus necesidades allí, con la consecuencia higiénica negativa por las heces depositadas; en igual manera hay que evitar a toda costa que estos lugares sean utilizados por los orates, habitantes de calle, como dormideros, conllevando a afear estos elegantes y representativos sitios de la ciudad.