Asediados por el constante peligro vehicular se encuentran los habitantes de Chambimbal La Campiña, sector rural plano del municipio, ubicado en el costado Norte sobre la vía Buga – Tuluá a escasos 10 minutos del casco urbano de Guadalajara de Buga en el Valle del Cauca.
La problemática radica desde el preciso momento en que se construyó la doble calzada del norte del Valle, donde se marginó de raíz estas comunidades, las cuales han venido padeciendo por su movilidad.
De acuerdo al líder cívico del sector, Gerardo Lenis, la afectación es integral para todos, ya que desde las comunidades, empresas y universidades, se encuentran altamente perjudicados ya que para llegar al sitio de trabajo y retornar a sus hogares deben movilizarse por 10 kilómetros, donde cerca de 2.175 personas conforman el potencial de habitantes de este sector rural plano con sus veredas: San Antonio, La Campiña, Cerro rico, La Honda, quienes se ven afectados por la falta de un cruce vial que les permita ingresar y salir de sus sectores sin inconveniente alguno, ya que para poder abordar algún vehículo de transporte público de pasajeros, deben hacer muchas pilatunas, atravesándose por la doble calzada y arriesgando sus vidas.
Unido a ello, la fuerza laboral empleada por las empresas ubicadas en el sector que equivalen a cerca de 1.000 trabajadores, encuentran grandes inconvenientes al movilizarse en sus vehículos particulares o de servicio público por el largo trayecto que deben recorrer generando gastos a sus debilitadas economías.
Y qué decir de los sobrecostos que deben asumir estas factorías por la movilización de cargas, donde cerca de 40.000 toneladas al mes se producen para diferentes partes del país.
Manifiesta el líder cívico, que las empresas de transporte público de pasajeros como taxis, cobran hasta 20.000 pesos por una carrera desde Chambimbal hasta el centro de Buga, y todo por la enorme vuelta que deben hacer hasta el único cruce antes del peaje de Betania.
La problemática se agudiza más, cuando se ven en la necesidad de trasladar algún paciente enfermo a un centro asistencial, donde las ambulancias pierden mucho tiempo para llegar desde Buga a las viviendas de las personas.
Lo que se busca
Gerardo Lenis como vocero de las comunidades afectadas y quien desde el año 2004 viene liderando este proceso, manifestó a la redacción del Semanario El Periódico, que en múltiples comunicados le han solicitado a la concesión PISA, la ejecución de un puente vehicular en cercanías a la entrada de Chambimbal La Campiña, para que los costos del transporte no se eleven a los moradores y para los fletes de las empresas productoras del entorno, al igual que no resulte afectada la población universitaria y los trabajadores de las factorías.
Sobre el particular, en su momento, el 6 de diciembre de 2004, el Alcalde John Harold Suárez Vargas, durante su primer mandato, peticionó al entonces Gobernador del Valle Angelino Garzón, donde se le proponía que la obra se financiara a través de la ampliación de la concesión suscrita con PISA, por cuanto la ejecución contribuiría de manera importante a favorecer específicamente a la comunidad de los corregimientos de la zona norte del municipio y en general al sector productivo y académico de Buga, lo cual no contó con una respuesta acertada que viabilizara la realización de esta obra.
En igual manera se pronunció la Cámara de Comercio de Buga, donde su Presidenta Yamili Pedraza Aranda de Cuadros, lideró una serie de procesos afines para que la petición de estas comunidades y empresarios fuera escuchada, con cero respuestas por parte del gobierno departamental y nacional.
Luego, el 11 de mayo del 2009, la administración del doctor Freddy Hernando Libreros, dejó conocer los peligros a que constantemente se someten estas personas al tratar de llegar de un lado al otro y se arriesgan atravesando la doble calzada.
Lo inservible del puente peatonal
En su momento, la construcción del puente peatonal elevado, no contó al parecer con un verdadero diseño para los niños, personas de la tercera edad y los discapacitados, ya que los descansos son tan pequeños y pendientes que no dan lugar a que estas personas con sus limitaciones de edad y físicas puedan utilizarlos, convirtiéndose en un monumento a la desidia que denota la falta de planificación y compromiso en el bienestar de las comunidades que supuestamente se beneficiarían de este proyecto.
Actualmente este puente en estructura de concreto, se ha convertido en escenario de robos, atracos a mano armada y en sitio escogido por los viciosos para consumir las sustancias que según ello, los pone en órbita; a más de ello, este sector inmediato al puente peatonal elevado es asediado por los violadores de mujeres, que no respetan la hora que sea para accionar su morbosidad delante de las menores de edad que cruzan ocasionalmente este puente para ir a sus jornadas de clase o de quienes llegan de sus actividades diarias.
Ante el silencio de las entidades del Estado y del Gobierno Nacional y departamental que tienen injerencia en este tema, el Líder Cívico Gerardo Lenis, decidió oficiar al Presidente de la República, Juan Manuel Santos, recibiendo de inmediato respuesta el pasado 13 de marzo donde se consagra lo siguiente:
“Se dio traslado de la petición y queja a las siguientes entidades: Presidencia de la Agencia Nacional de Infraestructura. Concesionario Pisa S.A. vía Buga – Tuluá Valle del Cauca; Secretaria General de la Gobernación del Valle del Cauca y a la Secretaria general del Ministerio de Transporte, los cuales deben oficiar tempranamente a estas comunidades, donde se les brinde soluciones a esta problemática evitando accidentes de tránsito con pérdidas humanas”.