El Periódico
Descontento reina entre los habitantes de un sector inmediato a “La Remonta”, alrededores de la vía de ascenso del barrio Alto Bonito, por la contaminación ambiental que tiene un minúsculo grupo de carretilleros, quienes estacionan carretillas con los semovientes caballares en la parte alta del caserío, afectando con el orín la tranquilidad e higiene de sus moradores.
El Periódico pudo establecer que sobre este particular ya existen muchas quejas por parte de la ciudadanía, y que se les han hechos varios llamados de atención por cuanto deben contar con pesebreras adecuadas para que las bestias puedan reposar luego de las jornadas de trabajo y durante las noches, pero esto no se está cumpliendo y es allí donde priman las acciones por parte de las entidades de control municipal.

Cansado se encuentra el vecindario por la mala convivencia ciudadana de estas personas que no tienen ningún reparo para con los vecinos en el sentido de limpieza e higiene, pues esto salta a la vista por el desaseo en el que mantienen el sitio de tenencia de los caballos; unido a ello, llevan basuras y las dejan en un lote aledaño, generando un reguero por todo el sector peatonal hacia la parte baja afectando el aseo que con tiempo se hace en las viviendas.
Como si fuera poco, las basuras llegan al afluente hídrico de la Acequia Chambimbal contaminando el agua que deben utilizar las comunidades rurales de los sectores en la parte norte del municipio.
¿Qué es un manual de convivencia: Es un pacto ciudadano, es una herramienta educativa y pedagógica para promover la convivencia pacífica, el ejercicio de las libertades y derechos fundamentales, el cumplimento de los deberes y el respeto de los derechos de los demás.
Los Manuales de Convivencia comprenden los principios, valores y virtudes que deben incorporar y respetar los habitantes de una región para propender por una sana convivencia.

Por ello, los habitantes afectados elevan un vehemente llamado a las autoridades sanitarias y de control animal, para que activen prontamente unas reglas de juego y de convivencia, de tal modo que se limen las asperezas generadas por los carretilleros.
“No con esto se quiere indicar que sean personas insociables, pero que se requiere de unas condiciones y un manual de convivencia para vivir en comunidad”, indicaron los hoy afectados moradores.