Desde las 7:00 de la mañana del pasado miércoles 28 de septiembre, cerca de 86.000 vehículos entre carros y motos dejaron de circular por las calles de Buga.
Actividades como montar en bicicleta, caminar o el servicio público, fueron las alternativas para desplazarse a los lugares de estudio o trabajo, lo que permitió el disfrute de caminar por las diversas vías de la ciudad sin la premura y el asar por causa de una movilidad automotriz desenfrenada y que cada día cobra mayor cobertura, dado la alta afluencia de visitantes, turistas y de personas que llegan a la Ciudad Señora a realizar actividades como la del transporte informal en el denominado “Motrotransporte”.

Sin lugar a dudas, las autoridades de tránsito ejercieron en buena forma y de manera oportuna el control para hacer efectiva la restricción.
Mientras la ciudad transcurría en su diario acontecer con poca afluencia vehicular en sus calles y un clima esplendoroso, las autoridades ambientales registraron una reducción de 1.500 toneladas de co2, lo que representa una disminución del 95% del total de emisiones de gases contaminantes en un día normal.
La calidad del aire bugueño en la urbe se mejora en un 65%, en términos de ruido generado por fuentes móviles, significa la disminución de un 68% de contaminación sonora en tramos de mayor relevancia como en los sectores céntrico e histórico. Cerca de 80 comparendos fueron impuestos durante la jornada que terminó a las 3 de la tarde.
Se proyectó una reducción de 1.500 toneladas de gas carbónico, lo que representa una disminución del 95% del total de emisiones en un día normal. Se dejó de emitir el 34% de los óxidos de nitrógeno y el 65% de los compuestos orgánicos volátiles.
En 2 estaciones operó la red de monitoreo de calidad del aire, una quedó en el edificio del CAM de la alcaldía y otra fue móvil.

En términos de ruido generado por fuentes móviles (vehículos a motor), significa la disminución de un 68% de contaminación sonora en tramos de mayor relevancia como lo es el sector céntrico y el sector histórico, donde se tiene la posibilidad de calcular este proceso con un sonómetro utilizado por CVC Cali.
El llamado final es a realizar estas jornadas de manera periódica, y qué bueno que vayan acompañadas de siembras de árboles, mantenimiento de parques y zonas verdes, limpieza del rio Guadalajara y los demás afluentes hídricos, además de tener apoyo y sensibilidad por estas cortas jornadas que lo único que buscan entre la ciudadanía no es incomodar sino favorecer, proteger y recuperar algo de nuestro medio ambiente urbano muy golpeado hoy en día, además de beneficios al deporte, la salud, la movilidad y hasta una mejor convivencia ciudadana.