3.12.2012

Visitantes a la cárcel de Buga, se ven abocados en hacer las necesidades en el matorral


Redacción Buga
El Periódico

Un verdadero drama deben padecer los familiares de los internos en la cárcel de Buga, por falta de condiciones  para realizar las necesidades fisiológicas antes de ingresar al penal.
No existen baterías sanitarias públicas donde cumplir con sus necesidades, lo cual deben hacer en el monte, arriesgando que toda clase de reptiles les pueda causar daño, es el caso de la aparición de culebrasque salen de la manigua adyacente al centro penitenciario y carcelario de Buga, hasta donde deben avanzar en condiciones infrahumanas los familiares y visitantes.
En muchas ocasiones, los kioscos donde se guarda ropa, maletas y otros artículos que no pueden ingresar al penal, son sitios de emergencia adaptados de forma arbitraria como orinales, generando total desaseo en el lugar.
Manifiestan los perjudicados, que el fuerte olor a orine,  causa nauseas, fatiga y hasta concentración de zancudos, moscas, mosquitos y  toda clase de roedores.
La incomoda situación se viene presentando desde hace ya muchos años, sin que la dirección del centro carcelario ó el Inpec presten atención a los múltiples llamados que se les ha hecho, por ello elevan urgente solicitud, a la Personera municipal, la Procuraduría Provincial y los organismosde control, a fin de que se tomen medidas de higiene que erradiquen esta situación de desaseo y proporcionen lo necesario para que las horas de las visitas de los familiares y amigos de los internos, sea menos dramática, manifiestan algunas personas consultadas por el Semanario El periódico, que ha habido casos donde han tenido que aguantar las ganas de hacer las necesidades fisiológicas por no encontrar un lugar adecuado, con la plena privacidad del caso, debiendo aguantar hasta que termina la hora de la visita, causándose grandes lesiones en el organismo, indican que es un total calvario.
Situación que también constriñe a quienes tienen los llamados “caspetes” en frente del centro carcelario, al tener que soportar el desaseo al que no pueden oponerse, dadas las condiciones infrahumanas a que son sometidos los visitantes al penal.
La unidad  investigativa del Semanario El Periódico constato que lo expresado por los denunciantes es real, los pestilentes olores a orine y materia fecal provenientes de los laterales de los kioscos y del matorral son fatigantes, máxime al salir el Sol, es tal la urgencia, que los hombres orinan en tarros plásticos y luego los dejan en medio de la maleza.

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