En las calles de Guadalajara de Buga se producen situaciones que llevan a los más de 140.000 habitantes a compartir el espacio urbano con casi 90 “carretillas”
Redacción Buga
El Periódico
El surrealismo mágico de Gabriel García Márquez no es del pasado ni pertenece al mundo rural de Colombia. En las calles de Buga, en el Valle del Cauca, se producen situaciones que llevan a los más de Ciento Cuarenta Mil habitantes de la Ciudad Señora a compartir el espacio urbano con casi Ciento Cuarenta y Seis “zorras o carretillas”.
Las “zorras” no son otra cosa que vehículos de tracción animal, tirados, en la mayoría de veces, por desgastados y maltratados caballos, pero que están a punto de extinguirse porque las autoridades ya han dado un ultimátum: Se deben cambiar las “zorras” por otro sistema de transporte. “El Gobierno Municipal quiere implementar otras alternativas que no tengan si no una intensión, dignificar la vida de cada uno de los carretilleros y sus familias” Dijo Ovidio Arango Esguerra, Secretario de Gobierno en Buga.
Estas carretas, que pueden cargar hasta mil kilos de mercancías, son utilizadas por personas que transportan chatarra, botellas y productos reciclables recogidos en las calles y que después venden en diferentes puntos de la ciudad para obtener un ingreso mínimo que les permite mantener a las familias.
Los Bugueños han venido sufriendo desde hace por lo menos una década grandes cambios y trastornos en su movilidad por el feroz incremento de vehículos privados, un problema que no ha sido resuelto, menos ahora cuando la invasión del espacio público está a pedir de Boca.
La Alcaldía de la Ciudad Señora ya ha entendido que las “carretillas” no pueden seguir en la ciudad y, para ello, desde ya el Ejecutivo Municipal está diseñando de acuerdo a su plan de desarrollo estrategias para ofrecer otras alternativas a los carretilleros.
De acuerdo a Arango Esguerra, Secretario de Gobierno de la localidad, desde asesorías, capital semilla y moto cargas, entre otras, se propondrá a este grupo poblacional de la Ciudad Señora, ofrecimiento que se estima en no menos de 2.400 millones de pesos y que al parecer será aplicado a finales de este gobierno.
Consultados algunos carretilleros, argumentan que los van a dejar sin la herramienta que les permite tener un sustento económico.
Según lo conoció este medio de comunicación, este proceso de cambio ya se realizó en Medellín, la segunda ciudad más grande e importante de Colombia, donde hace más de un año, los "carretilleros" abandonaron sus vehículos de tracción animal para cambiarlos por los nuevos automotores. Por eso, aunque el alcalde Bugueño, John Harold Suárez, todavía no ha definido cuál será el sustituto de los equinos, la opción de los vehículos automotor con capacidad para transportar 750 kilos de carga, se perfila como la más posible para zanjar el debate surgido en torno a la situación de maltrato al que son sometidos los animales.
Y es que la mayoría de los caballos trabajan desde tempranas horas del día hasta tarde de la noche, cabalgan por el asfalto, entre la contaminación de la ciudad, arrastran una pesada carreta y les hacen galopar, en ocasiones, como si de una guerra épica de caballería se tratara.