El Periódico
Inundado de malos olores, materia fecal y aguas servidas, se vio la vía de regreso al barrio Altobonito por el colapso de una de las recámaras ubicadas en este tramo vial.
Manifiestan los residentes del sector, que estas recámaras constantemente se obstruyen porque les arrojan toda clase de desperdicios, basuras y hasta sedimentos de cocheras, generando un problema de salud para quienes residen en la parte baja del barrio como el sector de la conocida “Remonta”.
Un rio de agua servida con fuertes y fatigantes olores, le tocó percibir a quienes viven sobre la malla vial de salida de este populoso sector de la ciudad al oriente en el casco urbano. Aunque reconocen que la empresa Aguas de Buga realiza limpieza y descolmatación de éstas, también son conocedores que por encontrarse en un sector montañoso, la caída que tienen estos colectores es muy pronunciada y esto afecta notablemente el sistema de alcantarillado por cuanto se rebosa fácilmente por el alto flujo de agua y sedimentos.
El andén izquierdo se vio inundado con estas aguas contaminantes, siendo la población estudiantil la más afectados por cuanto ellos utilizan estos pasajes viales para la movilidad a fin de evitar accidentes de tránsito.
Lamentablemente, gran parte del agua contaminada fue a parar a la acequia La Honda que pasa por el sector de La Remonta, hasta donde descolgó el flujo en busca de un sumidero para continuar su cauce; ante ello, los habitantes del entorno afectado elevan un vehemente llamado a las entidades que les corresponda hacer el mantenimiento preventivo de dichas recámaras para que no siga esta contaminación ambiental y que al secarse el agua de escorrentía, se aposentan los zancudos y toda clase de bichos.
Hay que recordar que situaciones similares se registraban en la ladera del barrio Altobonito con las recámaras que por lo colapsadas se rebosaban y causaban un daño ambiental a la misma acequia que este jueves se vio impregnada del agua servida proveniente de la parte alta del barrio.
Como si fuera poco, el paso de vehículos automotores contribuyó con la contaminación de los fuertes olores a agua podrida que se regó por toda la calle octava, sector por donde escurrió el grueso hilo de agua hasta irse esparciendo en su recorrido afanoso.