El Periódico
Las fuentes de agua natural en Buga están siendo afectadas por la deforestación y la contaminación orgánica, con un tema mucho más de fondo y de forma, al punto de registrase fuertes y constantes denuncias de la ciudadanía que preocupada observan la cantidad de desechos de comida y toda clase de utensilios o recipientes utilizados para servir alimentos, al parecer procedentes de quienes se dan cita al rio los fines de semana, como el caso que se vivencia en la llamada “Curva el calvario” en la vía que conduce a La Habana.
Este sitio lo frecuentan grupos de bañistas procedentes de otras regiones del departamento, quienes bajo la guía de entidades prestadoras de viajes turísticos, llegan al lecho del rio, se bañan, gozan, se divierten y lo aprovechan al máximo; y como si nada importara, dejan en la orilla del rio todo el mugre y desechos que han utilizado, sin detenerse observar que a pocos metros un habitante del entorno ha instalado unas canastillas para que dejen allí la basura y que el vehículo recolector la recoja en su programa de aseo rural.


El agua no es sólo una combinación de oxígeno e hidrógeno, sino también el elemento en el cual viven en perfecto equilibrio entre sí sus animales, plantas y bacterias. Todo esto crea un ecosistema equilibrado. Sin embargo, somos los seres humanos que debilitamos y dañamos ese equilibrio. Hay que comprender que todo lo que botamos, desperdicios de la ciudad, desechos industriales, aguas negras, van a parar en los ríos, mares y lagos ensuciándolos. Algunos productos químicos usados en gran cantidad en la agricultura y en la industria, no pueden ser digeridos por el agua. Todos estos elementos contaminan el agua.