El inmueble ubicado en la carrera 15 No. 7-16 conocido como la casa del Capitán Luis Velásquez Rengifo y donde tiene su sede la Fiscalía seccional en Guadalajara de Buga, venía presentando serio deterioro principalmente en su fachada y puerta de ingreso al público en la carrera 15 con calle Séptima, por ello la institución solicitó al Ministerio de Cultura el permiso para su intervención, pues se trata de una edificación Patrimonio Histórico de la Nación.
Luego de un proceso que fue remitido por el ente nacional al Consejo de Bienes Inmuebles de la ciudad, del que hace parte la Administración Municipal, se dio el concepto favorable para que la Curaduría Urbana otorgara Licencia de Construcción en la modalidad de Adecuación mediante Resolución No. C-0211 de Julio 30 de 2012, que permite que en los próximos meses la importante edificación sea intervenida y restaurada.
“Esta es una buena noticia para la ciudad, pues existe preocupación por el estado de la casa Luis Velásquez que, aparte de ser Patrimonio Histórico de la ciudad, es sitio de tránsito de peatones y de personas que tienen que ingresar a la Fiscalía. El Compromiso de la Alcaldía Municipal y del Consejo de Bienes Inmuebles que está integrado por importantes personas e instituciones, estuvo todo el tiempo enfocado en permitir que se diera el visto bueno para la recuperación de tan importante lugar”, señaló el Secretario de Planeación Municipal, Ingeniero Jorge Humberto Valencia Bermúdez.
Antigua casa colonial de dos plantas ubicada en el cruce de la que se llamó antiguamente calle del siete de Agosto o de la Iglesia Mayor con la calle Santander. Perteneció a la familia Zabala y es la actual sede principal de las fiscalías seccionales, puesta al servicio durante la dirección como fiscal general de la nación de Gustavo de Greiff.
Construida en el siglo XVI, fue la casa de habitación del primer alcalde de la ciudad, teniente de Gobernador y justicia mayor, capitán Don Luís Velásquez de Rengifo, hacia 1576.
Por muchos años, fue la única casa de ladrillo y techo de teja del poblado. Tuvo una intervención arquitectónica entre 1986 y 1990, a cargo de los hermanos restauradores Diego y Jaime Salcedo Salcedo y el arquitecto Rubén Darío Collazos Benítez, recuperando el aspecto colonial.
Uno de los elementos más enigmáticos de la construcción, es una sucesión de tres pequeños orificios cuadrangulares ubicados sobre la calle del Siete de Agosto o de la Iglesia Mayor, cuya función es motivo de polémica, una de cuyas especulaciones es que servirían como trinchera para la defensa.