El Periódico
Tapas plásticas (de botellas de gaseosas, agua y detergente) que muchas veces van directo a la basura, son el granito de arena que ayuda a salvar vidas; estas tapas son vendidas a empresas que muelen y reutilizan el plástico para hacer nuevos productos como sillas, ganchos u otros elementos de hogar, oficina o de cocina.
En Buga la campaña liderada por la joven de 15 años de edad, María José Cardenas Gómez, estudiante del grado noveno en la Institución educativa Manuel Antonio Sanclemente, cuenta con el acompañamiento del grupo Scouth y el Cuerpo de Bomberos, y son enviadas a la Fundación Carlos Pórtela en Cali, de la calle 4 número 34-18, Parque “El Perro”.
De esta forma, a través del reciclaje se busca obtener recursos para financiar el tratamiento médico, psicológico, lúdico y social de niños de escasos recursos que padecen esta enfermedad.
Muchas familias tienen el imaginario que el cáncer es sinónimo de muerte, por lo que se hace necesario contar con apoyo psicológico para entender la enfermedad y ayudarlos en su proceso de recuperación, situación que se les brinda en la Fundación Carlos Portela a los niños y sus familiares, sin costo alguno.
Empacado en bolsas, ese arco iris es más que una pila de basura, son dinero en bolsas, si se le quiere ver así; en esa montaña de tapas que llevan personas como María José, reside la posibilidad que tienen muchos niños con cáncer y enfermedades de la sangre, de la Fundación Carlos Portela, de tener una vida digna durante su tratamiento.
María Fernanda Portela, lleva 12 años en la Fundación que lleva el nombre de su padre y que se sostiene con el aporte de unos contados donantes y con la campaña de las tapas plásticas.
Unido a este proyecto social, se encuentran algunos voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Guadalajara de Buga, quienes han liderado la recolección de las tapas plásticas para ser enviadas a la entidad en Cali.