
La historia se repite, en esta ocasión fue con una Garza. Precisa un pescador que un ciudadano que se encontraba de pesca, de repente sintió un fuerte revoleteo a una mediana distancia de donde él se encontraba con unos familiares, esto le llamó la atención y buscó la forma de llegar al sitio, para lo cual se valió de un tronco de árbol seco que lo transportó hasta un rastrojo, donde logró ver un ave en afujías.
Como pudo la alcanzó, la lleó a tierra firme y en compañía de uno de sus hijos menores, procedió retirarle un nailon que tenía atado a las patas, pero el instinto de conservación del animal quien picoteaba a su salvavidas era constante, a lo que el pescador no prestó atención y continuó su tarea.
Al terminar el proceso del retiro del nailon de las patas de la garza, la liberó la cual como es natural, voló y voló en señal de agradecimiento por el gesto de este pescador, quien no tuvo reparos en poner en riesgo su vida, o dejar de pescar, para salvar un ave que estaba en peligro.