BUGA - El pasado 31 de mayo de 2016, el equipo de promoción social del Instituto Mayor Campesino– IMCA-, recibió la visita de José Aquino, un especialista en calidad de café, quien compartió la experiencia de producción, transformación y comercialización de café orgánico realizada por las comunidades indígenas Tzeltales de Chiapas (México), a través de la empresa social y solidaria Capeltic. Aquino está en Colombia gracias al proceso de colaboración que se da en el marco de la comunidad de aprendizaje Comparte, la cual está integrada por los centros sociales de la compañía de Jesús de América Latina. En esta oportunidad, el propósito es asesorar a la asociación de Caficultores Orgánicos de Colombia –ACOC- y la asociación de pequeños productores de La Marina – ASOPECAM-, organizaciones campesinas acompañadas por el IMCA, en el proceso de tostado de café que permita obtener una taza de excelente calidad para los potenciales clientes. Esto se realiza en vista de que ACOC, ASOPECAM e IMCA vienen concretando la puesta en marcha de Garittea, una iniciativa económico-productiva conformada bajo los principios de la economía social y solidaria. Garittea será la primera cafetería especializada de café orgánico que será abierta muy pronto en el campus de la Pontificia Universidad Javeriana de la ciudad de Cali.
Aquino ratificó que en el valor agregado que se pueda dar a una materia prima, está la mayor utilidad y sugirió que esta utilidad debe ser compartida con los productores, de tal manera que sirva de incentivo para que se fortalezca la producción. Asimismo aseveró que una de las apuestas para el fortalecimiento de las organizaciones y la producción en el campo requiere de estudios de mercado que ayuden a visibilizar las mejores propuestas económico-productivas; sin olvidar la importancia de contar con distintas ofertas de productos, pues la diversificación de la producción es la clave del éxito, un éxito que dependerá siempre de la calidad de los productos que se ofrecen al mercado.
Compartió que “actualmente la empresa Capectic, comercializa por año alrededor de 150 toneladas de café tostado, materia prima que proviene de más de 300 familias indígenas productoras de café en Chiapas. “Sin duda alguna, se debe diversificar la producción para ofertar al mercado distintos tipos de café, por ejemplo: Americano, Gourmet y Premium, cada uno de ellos con un precio estipulado por encima del valor del mercado internacional y cuyo beneficio llega a las organizaciones de productores”, afirma Aquino.
Planteó que algunos de los aciertos de Capeltic partieron del hecho de: a.) conocer las necesidades de las comunidades y dar respuesta al cómo se pueden atender; b.) tener una visión a largo plazo y mucha paciencia; c.) contar con una planeación estratégica que contemple unos objetivos claros; d.) rodearse de gente especialista y a la vez ir formando talento humano de las mismas organizaciones; y e.) hacer un énfasis especial en la calidad, pues a un producto que sale al mercado le van a exigir calidad, y eso implica tener unos procedimientos rigurosos en ese sentido.
Finalmente, Aquino comunicó uno de los riesgos que se debe gestionar en una empresa social y solidaria, el de convertirse en una empresa más del modelo neoliberal. Para ello, recomienda como claves: a.) mantener la productividad sin perder el horizonte de la planeación; b.) considerar criterios del modelo dominante sin perder los criterios y principios que fundamentaron la iniciativa; c.) generar un proceso que dé resiliencia a las dinámicas diferenciadas del mercado y a los ritmos de las comunidades; para lo cual debe existir un actor que garantice el mantenimiento de compromisos con el mercado y a la vez respete el ritmo y la cultura de las comunidades.