8.22.2016

25 años del hogar del mendigo San Lorenzo Diácono

Redacción Buga
El Periódico

San Lorenzo (mártir), uno de los Diáconos de la iglesia romana, fue una de las víctimas de la persecución de Valeriano en el año 258, al igual que lo fueron el Papa Sixto II y muchos otros clérigos romanos. A comienzos del mes de agosto del año 258, el emperador emitió un edicto ordenando matar inmediatamente a todos los obispos, curas y diáconos. Esta orden imperial se ejecutó inmediatamente en Roma. El 6 de agosto, el Papa Sixto II fue capturado en una catacumba y ejecutado de inmediato. Otros dos diáconos, Felicísimo y Agapito, fueron ejecutados el mismo día.

Este hogar de paso surgió en Buga el 10 de agosto de 1991 hace 25 años, por iniciativa de varias personas y entidades entre ellas la alcaldía, con el Ingeniero Nelson Cuellar Mejía, el concejo municipal, monseñor Rodrigo Arango Velásquez, el presbítero Gildardo González Garcés, señores Humberto Cabal y Emiro Rivera y la congregación de Siervas del Santísimo y de la Caridad. 

Por sus bodas de plata, la junta directiva y la congregación de Siervas del Santísimo y de la Caridad, llevaron a cabo una Eucaristía, que se ofició en la Catedral de San Pedro Apóstol.

En este centro de atención al anciano se cuenta con una población de 120 personas, de las cuales 70 pernotan allí, recibiendo diariamente desayuno, refrigerios de media mañana, almuerzo, medias tardes y comida, sin costo alguno, para lo cual adelantan campañas y jornadas de donación a fin de mantener con alimentos, medicamentos, vestuario, implementos de aseo y otros que se requieren para brindar atención básica y asistencia social a esta población desamparada en Buga.
Su nombre significa "Coronado de Laurel". Lorenzo era uno de los siete diáconos de Roma, o sea uno de los siete hombres de confianza del Sumo Pontífice; su oficio era de gran responsabilidad, pues estaba encargado de distribuir las ayudas a los pobres. En el año 257 el emperador Valeriano publicó un decreto de persecución, en el cual ordenaba que todo el que se declarara cristiano sería condenado a muerte. El 6 de agosto, el Papa San Sixto estaba celebrando la Santa Misa en un cementerio de Roma, cuando fue asesinado junto con cuatro de sus diáconos por la policía del emperador.

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