El Periódico
Por iniciativa de la concejala Alba Stella Anacona Ortiz, se creó en el concejo local una medalla para reconocer el trabajo de las mujeres del país, especialmente de Buga.
La medalla será impuesta cada año el 28 de septiembre, comenzando por el reconocimiento que se hará a una gran mujer que por muchos años ha venido liderando procesos de sociedad, comunidad, empresariales y de todo orden, en aras de ampliar el espectro de desarrollo del municipio.
La Medalla María Antonia Ruiz, será impuesta según lo establece el acuerdo, por el propio Presidente del concejo municipal, Carlos Alberto Londoño, por el presidente de la academia Leonardo Tascón y por el alcalde municipal.
El comité organizador ha indicado que la medalla se impondrá mañana domingo 28 de agosto.
Quién fue María Antonia Ruiz?
Esta negra liberta creció en la hacienda San Agustín en el Valle del Cauca; fue una mujer sin miedo que perdió a su hijo en la guerra y luchó como una leona para vengar su muerte.
Cuando el cruel Simón Muñoz se acercaba con su tropa a la estancia donde vivía María Antonia, dejando muerte y ruinas a su paso, la negra reunió a un grupo de peones y emboscados en la maleza con tambores y gritos, hicieron creer a los atacantes que se encontraban ante una gran fuerza patriota, y como Muñoz era experto para el ataque aleve y malito para luchar de frente, se alejó con su gente y se salvó la estancia.
Poco después vemos a María Antonia vestida de hombre, en el combate de San Juanito acaecido en las cercanías de Buga el 28 de septiembre de 1819. Allí, la esclava volvió a mostrar su osadía; la lucha era pareja, la resistencia española era sólida y nadie podía acercarse a la casa donde se parapetaron valientes realistas con sus banderas enlutadas en señal de guerra a muerte; entonces María Antonia con una antorcha en la mano y una lanza en la otra, desafió el fuego graneado y, sin importarle el peligro, avanzó hasta el reducto español, le prendió candela a unas edificaciones vecinas y obligó a los defensores a salir a campo abierto, donde los arrolló la caballería patriota.
Terminada la guerra, María Antonia trabajó en Popayán en la casa de sus amos Mosqueras, una familia prestante amiga de Bolívar; cuenta la leyenda que en uno de sus viajes el Libertador se acercó a la esclava, la abrazó y le dio las gracias por su valentía y su patriotismo.
Con mujeres como “La Macacha”, como “La Medina”, “Estefanía” y la negra María Antonia, cuajó la independencia americana, fueron patriotas que desafiaron la muerte y ofrendaron la paz de sus hogares para darnos una Independencia que los americanos han despilfarrado en guerras intestinas y sosteniendo regímenes de corrupción que han prolongado la infelicidad de nuestra gente.