El Periódico
El Palacio de Justicia “Manuel Antonio Sanclemente”, ubicado en la esquina de la calle 7 o calle Santander con carrera 14, calle 20 de Julio o calle de la Ermita, es en la actualidad sede del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Buga, considerado el más antiguo de Colombia; en su conjunto presenta varios estilos arquitectónicos que datan de los siglos XVI al XX.
La construcción es de tres plantas en la esquina y el resto de la edificación es en dos plantas; está constituida por los predios independientes que inicialmente albergaron las casas coloniales del Cabildo, la Cárcel, la casa de habitación del Alférez Real Don Nicolás de Ospina, la casa que llamamos de Doña Margarita Dávila y parte de la Casa de habitación del Capitán Luis Velásquez de Rengifo. También funcionó allí el Cuartel de Milicias, el archivo y entre 1834 y 1887 que la ciudad fue capital de la provincia del Cauca en este predio fue sede.
En busca de mejorar las condiciones laborales del cuerpo de justicia en este distrito, se ampliará la edificación hacia el costado norte, en lo que en otrora fue sede de la estación de policía, el cuartel de bomberos, de propiedad del municipio de Buga.
Esta emblemática edificación que sirvió de sede a la gobernación de la llamada provincia del Cauca, hace más de un siglo y que en la actualidad es ocupado por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Buga, 1999 estuvo en riesgo de perderse ante la iniciativa de un exalcalde quien para favorecer las arcas del municipio, propuso venderlo para saldar las deudas contraídas con anterioridad.
Hoy, se logran importantes aportes por parte de la gobernación del Valle para su adecuación, preservando su estilo colonial; se trata de una inversión del orden de los $8.600 millones de pesos en la obras de ampliación de la edificación en la parte norte, en lo que anteriormente fuera la sede de la estación de Policía Buga, posteriormente el cuartel de Bomberos, y que luego por muchos años quedó desocupado.
Las obras entrarán a licitación pública y se espera que se preserve la edificación como patrimonio arquitectónico, además de contar con la participación y aportes de los ingenieros civiles, arquitectos, diseñadores de obras y personas entendidas que sean oriundos de la Ciudad Señora.