Las Perseidas nos visitan

BUGA - La Fundación Casa de la Ciencia está invitando a los lectores del Semanario El Periódico a que observen la lluvia de estrellas Las Perseidas, un fenómeno astronómico que se presenta cada año en el mes de agosto; se trata de una lluvia de estrellas fugaces que cada año atraviesa la tierra, son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que dejóo principalmente el cometa Swift Tuttle en su paso alrededor del sol.

La Casa de la Ciencia dio a conocer la manera como se puede observar este espectáculo astronómico, aclarando que no se necesita un telescopio para observar las estrellas fugaces, se requieren espacios libres de la luz de la ciudad y contar con cielos bien despejados, reunidas estas condiciones, se recomienda tender una cobija en el suelo y dedicarse a contemplar el firmamento y tener un poco de paciencia. En cielos completamente despejados se alcanzan a observar 100 estrellas fugaces por hora.

El cometa Swift-Tuttle, llamado formalmente 109P/Swift-Tuttle fue descubierto independientemente por dos astrónomos, Lewis Swift el 16 de julio de 1862 y por Horace Parnell Tuttle el 19 de julio de 1862. El cometa apareció de nuevo en 1992 y fue redescubierto por el astrónomo japonés Tsuruhiko Kiuchi. Es el cuerpo que provoca la lluvia de meteoros conocida como Perseidas. Su órbita, muy elíptica, está en resonancia 1:11 con la del planeta Júpiter, de tal manera que por cada once órbitas completas del planeta gigante, el cometa cumple solo una. La actividad de la anteriormente citada lluvia de estrellas, cuando el cometa alcanza el perihelio, pasa de 80 meteoros a la hora, hasta unos 400.

De acuerdo a comentarios de Oscar Amaya Montoya, Director de la Fundación Casa de la Ciencia, una entidad en Guadalajara de Buga dedicada a la promoción de la ciencia y la astronomía, sobre el cometa se han dicho muchas cosas, inclusive que en aproximadamente dos milenios (dos mil años), este astro podría impactar contra la luna y la tierra, tema que aún queda en el campo de las especulaciones, por el tiempo que aún falta y por la realización de cálculos astronómicos de precisión que puedan asegurar la catastrófica afirmación del New Scientist, un revista internacional de divulgación científica.