
Y es que estas tapas de recámaras para el servicio telefónico, del acueducto, alcantarillado y otros, son dañadas en muchas ocasiones por algunos vándalos sin oficio, quienes tal pareciera no tuvieran otra actividad por realizar.
Y qué decir de las tapas faltantes en las recámaras de algunos medidores de agua potable, que al parecer son objeto del robo para venderlos en algunas chatarrerías dedicadas al sistema denominado “reducidor”.
Se convierten estas tapas faltantes en unas trampas peligrosas y mortales para muchos desprevenidos transeúntes, de ahí la sugerencia para propietarios de predios, a que estén atentos y reporten estos daños a las empresas prestadoras del servicio, y a estas últimas, que estén en constante vigilancia para suplir las que hagan falta.